Introducción
Isaías 7:1–25: El rey Ahaz gobernó el reino del sur, Judá, entre 735 y 715 a.C., y el rey Pécah gobernó el reino del norte, Israel, entre 752 y 732 a.C. Entre 735 y 732 a.C., Israel y Siria invadieron Judá (2 Reyes 15:27—16:20; 2 Crónicas 28:1–27). Pécah y el rey Resín de Siria intentaron forzar a Ahaz a unirse a ellos en sus batallas contra Asiria. Cuando Ahaz no cooperó, Pécah y Resín intentaron reemplazarlo como rey (Isaías 7:6). En la lectura para hoy, el profeta Isaías le dice a Ahaz que el Señor le dará una señal para indicar que Dios estaría con Judá, por lo que no habría necesidad de que Judá buscara una alianza con Asiria. En contra del consejo de Isaías, Ahaz acudió a Asiria en busca de ayuda; pero, finalmente, Asiria también invade Judá (2 Reyes 18:13–37; Isaías 8:5–8). La lectura concluye con una descripción de la amenaza de invasión asiria.
Versículo bíblico para hoy: Isaías 7:14
Pues el Señor mismo les va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel.
Lectura
7 El rey de Siria, Resín, y el rey de Israel, Pécah, hijo de Remalías, atacaron a Jerusalén y quisieron conquistarla, pero no pudieron. Esto sucedió cuando Ahaz, hijo de Jotam y nieto de Ozías, era rey de Judá. 2 En esa ocasión llevaron esta noticia al rey Ahaz y a su familia: «Los sirios se han aliado con Efraín.» El rey y el pueblo empezaron a temblar como tiemblan los árboles del bosque cuando sopla el viento.
3 Entonces el Señor dijo a Isaías: «Toma a tu hijo Sear-iasub y ve a encontrarte con el rey Ahaz en el extremo del canal del estanque superior, en el camino que va al campo del Lavador de Paños, 4 y dile:
“Ten cuidado, pero no te asustes;
no tengas miedo ni te acobardes
por esos dos tizones humeantes,
Resín con sus sirios, y el hijo de Remalías,
que están ardiendo en furor.
5 Los sirios, con el pueblo de Efraín y el hijo de Remalías,
han tramado hacerte mal.
Han dicho:
6 Invadamos Judá y metámosle miedo;
apoderémonos de ella
y pongamos por rey al hijo de Tabeel.
7 Pero el Señor dice:
¡Eso jamás sucederá!
8-9 Damasco es la capital de Siria,
y Resín es el rey de Damasco;
Samaria es la capital de Efraín,
y el hijo de Remalías es el rey de Samaria;
pero dentro de sesenta y cinco años
Efraín dejará de ser nación;
y si ustedes no tienen una fe firme,
tampoco quedarán firmemente en pie.”»
10 El Señor dijo también a Ahaz: 11 «Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal, ya sea abajo en lo más profundo o arriba en lo más alto.»
12 Ahaz contestó: «No, yo no voy a poner a prueba al Señor pidiéndole una señal.»
13 Entonces Isaías dijo:
«Escuchen ustedes, los de la casa real de David.
¿Les parece poco molestar a los hombres,
que quieren también molestar a mi Dios?
14 Pues el Señor mismo les va a dar una señal:
La joven está encinta
y va a tener un hijo,
al que pondrá por nombre Emanuel.
15 En los primeros años de vida del niño,
se comerá leche cuajada y miel.
16 Pero antes de que el niño tenga uso de razón,
el país de los dos reyes que te causan miedo
quedará abandonado.
17 »El Señor hará venir sobre ti,
sobre tu pueblo y la casa real,
días como no habían venido
desde que Efraín se separó de Judá.»
(Esto se refiere al rey de Asiria.)
18 En ese tiempo el Señor hará venir como moscas
a los que viven en los lejanos ríos de Egipto,
y hará venir como abejas
a los que viven en Asiria.
19 Todos ellos vendrán a instalarse
en las cañadas profundas
y en las cuevas de las rocas,
en todos los matorrales espinosos
y en los sitios donde bebe el ganado.
20 En ese día el Señor usará al rey de Asiria
como navaja alquilada más allá del río Éufrates,
y les afeitará a los israelitas
la cabeza, la barba y la parte inferior del cuerpo.
21 En ese tiempo, el que críe una vaca y dos ovejas 22 tendrá tanta leche que podrá comer leche cuajada. Y todos los que se salven de la destrucción en el país podrán comer leche cuajada y miel.
23 En ese tiempo, lo que antes era un viñedo con mil plantas y valía mil monedas de plata, quedará convertido en espinos y matorrales. 24 Sólo se podrá entrar allí con arco y flechas para cazar, porque todo el país quedará convertido en espinos y matorrales. 25 En las colinas que antes se cultivaban con azadón, habrá tantos espinos y matorrales que nadie irá a ellas. Sólo servirán como pastizal para los bueyes y las ovejas.
Reflexiona
Vuelve a leer los versículos 3–9. ¿Qué mensaje instruyó el Señor a Isaías para que le dijera al rey Ahaz? ¿Qué promete Dios? ¿Qué advertencia da Dios? ¿Cuál es la señal de la que habla Isaías (versículo 14)? El nombre «Emanuel» en hebreo significa «Dios con nosotros». (En Mateo 1:23, el autor del Evangelio utiliza Isaías 7:14 en su relato del nacimiento de Jesús. Mateo cita de la traducción griega de Isaías realizada por estudiosos judíos alrededor del 200 a.C., que traduce el hebreo para «joven» como «virgen»). ¿Por qué Ahaz no confió en Dios ni escuchó el consejo de Isaías? ¿Qué consecuencias se predijeron (versículos 17–25)?
Ora
Emanuel, verdaderamente eres Dios con nosotros. En ti, Señor Dios, pongo mi confianza y esperanza. Ordena mis pasos en este día y guíame en el camino de tu verdad. Amén.
Lectura para mañana
Isaías 8:1–15: La esposa de Isaías da a luz un hijo.