Introducción

Job 36:5–26: El libro de Job narra la historia de un hombre bueno que sufre una tragedia total: pierde a sus hijos y sus bienes, y es afligido por una enfermedad repulsiva. Debido a que ha sido un hombre excepcionalmente justo y recto, no puede entender cómo Dios pudo permitir que esto le sucediera. La introducción del libro (capítulos 1–2) deja claro que Job no está siendo castigado por Dios por sus pecados. Aunque no pierde la fe, Job anhela ser justificado ante Dios y recuperar su reputación de honor. Las lecturas de los próximos tres días presentan las palabras de Elihú, el amigo más joven de Job; y la lectura para hoy es parte del consejo de Elihú a Job sobre el tema del sufrimiento.

Versículo bíblico para hoy: Job 36:15 DHH

Por medio del sufrimiento, Dios salva al que sufre; por medio del dolor lo hace entender.

Lectura

Dios es poderoso e inmensamente sabio,
y no desprecia al inocente.
No perdona la vida al malvado,
pero hace justicia a los pobres;
siempre protege a los hombres rectos;
afirma a los reyes en sus tronos,
y los mantiene en alta posición.
Pero si son sujetados con cadenas
y el dolor los atormenta,
Dios les hace ver el mal que cometieron
y cómo se dejaron llevar por el orgullo.
10 Les habla para corregirlos
y pedirles que dejen su maldad.
11 Si le hacen caso y se someten,
gozan de dicha y felicidad
por el resto de sus días.
12 Pero si no hacen caso,
mueren y bajan al sepulcro
antes de que puedan darse cuenta.

13 Los impíos se llenan de furor,
y ni aun estando presos piden ayuda.
14 Mueren en plena juventud;
su vida termina en forma vergonzosa.
15 Por medio del sufrimiento, Dios salva al que sufre;
por medio del dolor lo hace entender.
16 A ti también te libró de los peligros,
y te dio abundancia y libertad;
llenó tu mesa de comidas deliciosas.
17 En ti se cumple la sentencia del malvado,
y no podrás evitar que se te juzgue y condene.
18 Cuida de no dejarte sobornar,
de no dejarte seducir por el mucho dinero.
19 En la angustia no te servirán de nada
tus gritos ni todo tu poder.
20 No suspires por que llegue la noche,
cuando los pueblos desaparecen.
21 Cuida de no volver a la maldad,
tú que fuiste probado por el sufrimiento.

22 Fíjate en el gran poder de Dios.
Ningún maestro es comparable a él;
23 nadie puede decirle lo que tiene que hacer,
ni echarle en cara el haber hecho mal.
24 Todo el mundo alaba sus obras;
acuérdate también tú de alabarlas.
25 Todo hombre puede verlas,
aunque sea de lejos.
26 Dios es tan grande, que no podemos comprenderlo;
tampoco podemos contar sus años.

Reflexiona

Vuelve a leer los versículos 8–12. ¿Qué piensas sobre lo que dice Elihú acerca de escuchar, obedecer y servir a Dios? ¿Qué te parece lo que dice Elihú en el versículo 15, que Dios, «por medio del dolor», nos enseña? ¿Alguna vez has aprendido de Dios o sobre Dios durante o después de un período de sufrimiento? Si es así, ¿cuáles fueron las circunstancias y qué aprendiste? ¿Crees que el sufrimiento es necesario a veces para dirigir nuestra atención hacia Dios? Explica.

Ora

Dios soberano y justo, ayúdame a escuchar lo que me enseñas y lo que necesito aprender hoy. Busco obedecerte y servirte, y darte gloria y honor. Amén.

Lectura para mañana

Job 36:27—37:13: Elihú continúa ofreciendo consejos a Job.