La salvadora Palabra de Dios: Amor

Introducción

1 Juan 1:1—2:6: La primera Carta de Juan tiene dos propósitos principales: alentar a sus lectores a vivir en comunión con Dios y Jesucristo, y advertirles contra las falsas enseñanzas que destruirían esta comunión. La lectura para hoy describe cómo la Palabra de vida de Dios (Jesús) vino a la tierra y fue atestiguado por quienes lo vieron, oyeron y tocaron. El conocimiento de Dios viene de obedecer los mandamientos de Dios. Cuando confesamos nuestros pecados a Dios, tenemos la seguridad del perdón de Dios y que Jesús, el justo, ruega a favor de nosotros.

Lectura para hoy

La palabra de vida

Les escribimos a ustedes acerca de aquello que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la Palabra de vida. Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes esta vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos ha manifestado. Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. Escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.

1. Liberación del pecado

Éste es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay ninguna oscuridad. Si decimos que estamos unidos a él, y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.

Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo.

2. El mandamiento del amor

Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo. Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios, y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.

Texto clave para hoy: 1 Juan 1:7

Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

Reflexiona

En la Biblia, la luz es usada para describir a Dios o la Palabra de Dios (Juan 1:4-5; Salmos 119:105), y las personas o cosas que revelan la verdad de Dios (Isaías 49:6). Los seguidores de Jesús también son referidos «como quienes pertenecen a la luz» (Efesios 5:8) o como «la luz de este mundo» (Mateo 5:14). Relee 1:5-7. ¿Cómo explicarías qué significa vivir en la luz? ¿Qué significa para ti saber que Jesús ruega al Padre a favor de nosotros (2:1)?

Ora

Señor, quiero vivir en tu luz. Perdóname por las veces en que he fracasado de vivir de acuerdo a tu voluntad. Gracias por el perdón que me ofreces cuando confieso mis pecados a ti, y por Jesús, el justo, que ruega en mi favor. Concédeme tu gracia para que tenga nueva vida en ti. Oro en tu santo nombre. Amén.

Lectura para mañana

1 Juan 2:7-29: Los creyentes son alentados a obedecer las enseñanzas del Espíritu y permanecer en unión con Cristo.