Introducción
1 Reyes 2:1–12: Mientras se prepara para morir, David da instrucciones finales a su hijo Salomón. Estas instrucciones incluyen la obediencia a la Ley de Moisés, así como la lista de aquellos a quienes Salomón debe dar muerte.
Versículo bíblico para hoy: 1 Reyes 2:3a
[David dijo a Salomón:] “Cumple las ordenanzas del Señor tu Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés”.
Lectura
2 La muerte de David se acercaba por momentos, así que David ordenó a su hijo Salomón: 2 «Voy a emprender el último viaje, como todo el mundo. Ten valor y pórtate como un hombre. 3 Cumple las ordenanzas del Señor tu Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas. 4 También para que el Señor confirme la promesa que me hizo, de que si mis hijos cuidaban su conducta y se conducían con verdad delante de él, con todo su corazón y toda su alma, nunca faltaría en mi familia quien ocupara el trono de Israel.
5 »Ahora bien, tú ya sabes lo que me hizo Joab, el hijo de Seruiá, es decir, lo que hizo con dos generales del ejército israelita: con Abner, el hijo de Ner, y con Amasá, el hijo de Jéter, a quienes mató en tiempo de paz para vengar la sangre derramada en guerra, haciéndome responsable de ese asesinato. 6 Por lo tanto, actúa con inteligencia y no lo dejes tener una muerte tranquila. 7 En cuanto a los hijos de Barzilai, el de Galaad, trátalos con bondad y hazlos participar de tu mesa, pues ellos me protegieron cuando yo huía de tu hermano Absalón. 8 Por otra parte, fíjate que está contigo Simí, hijo de Guerá, el benjaminita de Bahurim. Él fue quien me lanzó una maldición terrible el día que yo iba hacia Mahanaim. Después, sin embargo, salió a recibirme al río Jordán, y yo tuve que jurarle por el Señor que no lo mataría. 9 No lo perdones. Eres inteligente, y sabrás qué hacer con él. Pero procura que su muerte sea violenta.»
10 David murió y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David. 11 Fue rey de Israel durante cuarenta años, de los cuales reinó siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. 12 Luego reinó Salomón en lugar de David, su padre, y su reinado fue muy estable.
Reflexiona
Según el versículo 4, ¿qué promesa menciona David? ¿A quién debe Salomón mostrar bondad y por qué (versículo 7)? En el versículo 8, David menciona haber sido maldecido por un hombre llamado Simí (véanse 2 Samuel 16:5–13 y 2 Samuel 19:16–23, así como Éxodo 22:28). Una maldición es lo opuesto a una bendición, y quien maldecía a otro estaba pidiendo su destrucción. Una vez pronunciada, una maldición (al igual que una bendición) no podía retirarse. Es posible que David temiera que la maldición contra él ahora recayera sobre Salomón, y la única manera de anularla fuera eliminar a quien la había proferido. ¿Qué opinas sobre lo que David le está pidiendo a Salomón que haga?
Ora
Dios santo, busco obedecer todas tus leyes y mandamientos. Fortalece mi fe cada día y guíame por el camino de tu verdad. Oro en tu santo nombre. Amén.
Lectura para mañana
1 Reyes 4:20–34: El reinado de Salomón es próspero.