La salvadora Palabra de Dios: Aliento
Introducción
1 Tesalonicenses 2:1-16: Pablo recuerda a los tesalonicenses su trabajo y ministerio al llevarles las buenas noticias de Dios (véase Hechos 17:1-9). Algunos en la comunidad les habían causado problemas a él y a sus colaboradores (Hechos 17:5). La lectura concluye con una referencia a los oponentes de Pablo, que han estado tratando de impedir que él y sus compañeros prediquen a los gentiles.
Lectura para hoy
Recuerdos
2 Ustedes mismos, hermanos, saben que nuestra visita a ustedes no fue en vano. 2 Más bien, aunque, como ya saben, antes habíamos sido insultados y maltratados en Filipos, Dios nos ayudó a anunciarles a ustedes su evangelio, con todo valor y en medio de una fuerte lucha. 3 Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie. 4 Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones. 5 Como ustedes saben, nunca los hemos halagado con palabras bonitas, ni hemos usado pretextos para ganar dinero. Dios es testigo de esto. 6 Nunca hemos buscado honores de nadie: ni de ustedes ni de otros. 7 Aunque muy bien hubiéramos podido hacerles sentir el peso de nuestra autoridad como apóstoles de Cristo, nos hicimos como niños entre ustedes. Como una madre que cría y cuida a sus propios hijos, 8 así también les tenemos a ustedes tanto cariño que hubiéramos deseado darles, no sólo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas. ¡Tanto hemos llegado a quererlos! 9 Hermanos, ustedes se acuerdan de cómo trabajábamos y luchábamos para ganarnos la vida. Trabajábamos día y noche, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les anunciábamos el evangelio de Dios.
10 Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes. 11-12 También saben que los hemos animado y consolado a cada uno de ustedes, como hace un padre con sus hijos. Les hemos encargado que se porten como deben hacerlo los que son de Dios, que los llama a tener parte en su propio reino y gloria.
13 Por esto, de nuestra parte, damos siempre gracias a Dios, pues cuando ustedes escucharon el mensaje de Dios que nosotros les predicamos, lo recibieron como mensaje de Dios y no como mensaje de hombres. Y en verdad es el mensaje de Dios, el cual produce sus resultados en ustedes los que creen. 14 Cuando ustedes, hermanos, sufrieron persecución a manos de sus paisanos, les pasó lo mismo que a las iglesias de Dios de los que pertenecen a Cristo Jesús en Judea, pues ellos también fueron perseguidos por sus paisanos los judíos. 15 Estos judíos mataron al Señor Jesús, como antes habían matado a los profetas, y nos echaron fuera a nosotros. No agradan a Dios, y están en contra de todos, 16 pues cuando queremos hablar a los que no son judíos, para que también se salven, no nos dejan hacerlo. De esta manera llenan siempre la medida de sus pecados. Pero para poner fin a eso, el terrible castigo de Dios ha venido sobre ellos.
Texto clave para hoy: 1 Tesalonicenses 2:13b
[Dios] produce sus resultados en ustedes los que creen.
Reflexiona
¿Cómo describe Pablo su trabajo y ministerio entre los tesalonicenses (versículos 3-12)? Según el versículo 13, ¿qué motivo da Pablo para dar gracias a Dios? Vuelve a leer los versículos 14-16. ¿Qué dice Pablo acerca de aquellos que intentaron impedirle a él y a sus compañeros predicar a los gentiles? Si te encontraras con alguien que mostrara hostilidad hacia el mensaje de la salvación de Dios, ¿cómo responderías?
Ora
Dios amoroso, enséñame cada día a vivir la clase de vida que te agrada. Cada día alabaré tu santo nombre mientras doy gracias por tu amor constante y salvación. Amén.
Lectura para mañana
1 Tesalonicenses 2:17—3:13: El apóstol Pablo desea visitar nuevamente a los tesalonicenses.