La Palabra de Dios que guía: renovación espiritual
24 de mayo
Introducción
Hechos 4:1–22: Pedro y Juan son arrestados por enseñar sobre Jesús y su resurrección, y son interrogados por los líderes religiosos. El Concilio les advierte que dejen de predicar sobre Jesús y luego los deja en libertad.
Versículo bíblico para hoy: Hechos 4:11
[Pedro dijo:] Este Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, pero que se ha convertido en la piedra principal.
Lectura
4 Todavía Pedro y Juan estaban hablándole a la gente, cuando llegaron los sacerdotes, con el jefe de la guardia del templo y con los saduceos. 2 Estaban enojados porque Pedro y Juan enseñaban a la gente y decían que la resurrección de los muertos había quedado demostrada en el caso de Jesús. 3 Los arrestaron y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. 4 Pero muchos de los que habían escuchado el mensaje, creyeron; y el número de creyentes, contando solamente los hombres, llegó a cerca de cinco mil.
5 Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los maestros de la ley. 6 Allí estaban también el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y todos los que pertenecían a la familia de los sumos sacerdotes. 7 Ordenaron que les llevaran a Pedro y a Juan, y poniéndolos en medio de ellos les preguntaron:
—¿Con qué autoridad, o en nombre de quién han hecho ustedes estas cosas?
8 Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó:
—Jefes del pueblo y ancianos: 9 ustedes nos preguntan acerca del bien hecho a un enfermo, para saber de qué manera ha sido sanado. 10 Pues bien, declaramos ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre que está aquí, delante de todos, ha sido sanado en el nombre de Jesucristo de Nazaret, el mismo a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó. 11 Este Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron, pero que se ha convertido en la piedra principal. 12 En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos.
13 Cuando las autoridades vieron la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que eran hombres sin estudios ni cultura, se quedaron sorprendidos, y reconocieron que eran discípulos de Jesús. 14 Además, el que había sido sanado estaba allí con ellos, y por eso no podían decir nada en contra. 15 Entonces los mandaron salir de la reunión, y se quedaron discutiendo unos con otros. 16 Decían:
—¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar. 17 Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante no hablen en el nombre de Jesús a nadie.
18 Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús. 19 Pero Pedro y Juan les contestaron:
—Juzguen ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de obedecerlo a él. 20 Nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
21 Las autoridades los amenazaron, pero los dejaron libres. No encontraron cómo castigarlos, porque toda la gente alababa a Dios por lo que había pasado. 22 El hombre que fue sanado de esta manera milagrosa, tenía más de cuarenta años.
Reflexiona
¿Cómo se defendieron Pedro y Juan? ¿Por qué se les advirtió que no hablaran sobre Jesús? ¿Alguna vez has experimentado un momento en el que tuviste que defender tus creencias frente a la oposición? Si es así, ¿cómo te empoderó Dios al enfrentar tales desafíos?
Ora
Dios todopoderoso, por el poder de tu Espíritu Santo, enséñame a hablar tu palabra de verdad y, en el nombre de Jesús, a proclamar audazmente tu mensaje de amor y salvación. Amén.
Lectura para mañana
Hechos 4:23–37: Los creyentes oran por valentía.