La Palabra de Dios que guía: renovación espiritual
25 de mayo
Introducción
Hechos 4:23–37: Pedro y Juan regresan con los demás discípulos e informan lo que el Concilio les había dicho. Los creyentes se unen y oran por valentía para hablar el mensaje del Señor. Siguen reuniéndose, orando y compartiendo sus posesiones para que nadie esté en necesidad.
Versículo bíblico para hoy: Hechos 4:31b
Todos fueron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban abiertamente el mensaje de Dios.
Lectura
23 Pedro y Juan, ya puestos en libertad, fueron a reunirse con sus compañeros y les contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Después de haberlos oído, todos juntos oraron a Dios, diciendo: «Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, 25 dijiste por medio del Espíritu Santo y por boca de nuestro patriarca David, tu siervo:
“¿Por qué se alborotan los pueblos?
¿Por qué hacen planes sin sentido?
26 Los reyes y gobernantes de la tierra
se rebelan, y juntos conspiran
contra el Señor y contra su escogido, el Mesías.”
27 »Es un hecho que Herodes y Poncio Pilato se juntaron aquí, en esta ciudad, con los extranjeros y los israelitas, contra tu santo siervo Jesús, a quien escogiste como Mesías. 28 De esta manera, ellos hicieron todo lo que tú en tus planes ya habías dispuesto que tenía que suceder. 29 Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos que anuncien tu mensaje sin miedo. 30 Muestra tu poder sanando a los enfermos y haciendo señales y milagros en el nombre de tu santo siervo Jesús.»
31 Cuando acabaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban abiertamente el mensaje de Dios.
32 Todos los creyentes, que eran muchos, pensaban y sentían de la misma manera. Ninguno decía que sus cosas fueran solamente suyas, sino que eran de todos. 33 Los apóstoles seguían dando un poderoso testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y Dios los bendecía mucho a todos. 34 No había entre ellos ningún necesitado, porque quienes tenían terrenos o casas, los vendían, y el dinero 35 lo ponían a disposición de los apóstoles, para repartirlo entre todos según las necesidades de cada uno. 36 Tal fue el caso de un levita llamado José, natural de la isla de Chipre, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé, (que significa: «Hijo de consolación»). 37 Este hombre tenía un terreno, y lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Reflexiona
Describe la oración de los creyentes (versículos 24–30). ¿Qué sucedió inmediatamente después de que oraron? ¿Alguna vez has experimentado el poder del Espíritu Santo mientras orabas? Si es así, ¿cómo lo describirías? En los versículos 32–37 aprendemos que, desde el principio, los creyentes se reunían para orar y compartir sus posesiones. ¿Cómo imaginarías la vida hoy si las comunidades en todas partes siguieran este ejemplo?
Ora
Dios todopoderoso, eres el amo y creador del cielo, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos. Capacítame para hablar tu mensaje con valentía y para compartir lo que tengo con aquellos que lo necesitan. Dios de maravillas y milagros, oro en el nombre de tu Hijo Jesús. Amén.
Lectura para mañana
Hechos 5:1–16: Dos potenciales seguidores mienten acerca de dinero.