La Palabra de Dios que guía: discipulado

Introducción

Colosenses 2:20—3:4: En la lectura para hoy, Pablo recuerda a los colosenses que ya no estaban «sujetos a los poderes de los espíritus que dominan este mundo» porque «han muerto con Cristo» (2:20) y han sido «resucitados con Cristo» (3:1). Por lo tanto, deben enfocar sus corazones y mentes en las cosas del cielo, dejando de lado los deseos terrenales. Lo que dice sobre obedecer ciertas reglas es una continuación de las declaraciones anteriores en 2:16–19 de la lectura de ayer y puede referirse a prácticas religiosas falsas y a los cristianos judíos que intentaban convencer a los colosenses de seguir las leyes judías relacionadas con la comida y la bebida.

Lectura para hoy

20 Ustedes han muerto con Cristo y ya no están sujetos a los poderes que dominan este mundo. ¿Por qué, pues, viven como si todavía fueran del mundo, sometidos a reglas tales 21 como: «No toques eso, no comas aquello, no lo tomes en tus manos»? 22 Todas estas reglas tienen que ver con cosas que se acaban con el uso, y sólo son mandatos y enseñanzas de hombres. 23 Es verdad que tales cosas pueden parecer sabias, porque exigen cierta religiosidad y humildad y duro trato del cuerpo, pero son cosas que no honran a nadie, pues sólo sirven para satisfacer los deseos puramente humanos.

Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria.

Versículo clave de hoy: Colosenses 3:4

Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria.

Reflexiona

¿Qué piensas de las afirmaciones de Pablo a los colosenses de que «han muerto con Cristo» (2:20) y «han sido resucitados con Cristo» (3:1), y que se debe evitar vivir como si uno perteneciera a este mundo y, en cambio, enfocar el corazón en las cosas que están en el cielo? En sus cartas, Pablo a menudo escribía sobre el día en que Jesús regresaría, y los versículos 2:20 y 3:4 podrían reflejar esta perspectiva (véanse 1 Corintios 1:8; 15:20–28; Filipenses 1:6, 3:20–21; 1 Tesalonicenses 4:13–18). En 2:21–23, ¿qué dice Pablo sobre obedecer ciertas reglas? ¿Se observan algunas reglas dentro de tu comunidad de fe? ¿Cuáles son?

Ora

Amado Jesús, te agradezco que he sido resucitado a una nueva vida contigo y que, cuando aparezcas, compartiré tu gloria. Mantenme firme en la fe y ayúdame a seguirte y hacer lo que es agradable a tus ojos. Amén.

Lectura para mañana

Salmos 72: Una oración por el rey.