20 de julio
Introducción
Ezequiel 36:16–38: los pecados de Israel causaron que el santo nombre de Dios fuera deshonrado y llevaron a los enemigos de Israel a creer que el Dios de Israel no era lo suficientemente poderoso para salvarlos. Por el bien de su nombre, Dios promete limpiar a los israelitas de sus pecados y dar a la gente su espíritu.
Versículo bíblico para hoy: Ezequiel 36:27
[El Señor dijo]: “Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos.”
Lectura
16 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 17 «Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante. 18 Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, 19 y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y naciones. 20 Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: “Éstos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que salir de su país.” 21 Entonces me dolió ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación adonde ellos llegaban.
22 »Por eso, dile al pueblo de Israel: “Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa de ustedes, israelitas, sino por mi santo nombre, que ustedes han ofendido entre las naciones a donde han ido. 23 Yo voy a mostrar ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que ustedes han ofendido entre ellas; cuando yo lo haga, ellas reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. 24 Yo los sacaré a ustedes de todas esas naciones y países; los reuniré y los haré volver a su tierra. 25 Los lavaré con agua pura, los limpiaré de todas sus impurezas, los purificaré del contacto con sus ídolos; 26 pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil. 27 Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis leyes y decretos; 28 vivirán en el país que di a sus padres, y serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29 Los libraré de todo lo que les manche. Haré que el trigo abunde, y no volveré a enviarles hambre. 30 Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que ustedes no vuelvan a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre. 31 Y cuando se acuerden de su mala conducta y de sus malas acciones, sentirán vergüenza de ustedes mismos por sus pecados y malas acciones. 32 Yo, el Señor, lo afirmo: Sepan, israelitas, que no hago esto porque ustedes lo merezcan; sientan vergüenza y confusión por su conducta.
33 »”Yo, el Señor, digo: Cuando yo los purifique de todos sus pecados, haré que vivan en sus ciudades y que reconstruyan las ruinas. 34 La tierra que había quedado desierta, en vez de quedar desierta será cultivada a la vista de todos los que pasan. 35 Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y dejadas en ruinas, ahora son unas fortalezas y están habitadas. 36 Entonces los pueblos vecinos que queden con vida reconocerán que yo, el Señor, reconstruyo lo destruido y vuelvo a sembrar lo arrasado. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo realizaré.
37 »”Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente como un rebaño. 38 Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”»
Reflexiona
Los pecados de Israel incluían asesinato, injusticia y adoración de ídolos. Estos pecados profanaron la tierra y la hicieron ritualmente impura, y el nombre santo de Dios fue deshonrado. ¿Qué dice este pasaje sobre los efectos del pecado en la sociedad? ¿Cómo castigó Dios al pueblo por estos pecados? ¿Qué promesas hace Dios con respecto a la restauración? ¿De qué quiere Dios que el pueblo se acuerde (versículos 31–32)? ¿De qué maneras has experimentado la limpieza de Dios?
Ora
Dios soberano, crea en mí un corazón limpio y límpiame de todo mi pecado. Dame un corazón obediente y enséñame a seguir tus leyes y guardar tus mandamientos. Que todo lo que haga y diga honre tu santo nombre. Gracias por el regalo de tu Espíritu Santo y por tu amor eterno. Amén.
Lectura para mañana
Joel 2:1–17: el profeta Joel llama al pueblo al arrepentimiento.