Introducción
Gálatas 2:1–14: Pablo describe su reunión con los apóstoles en Jerusalén y relata un desacuerdo que tuvo con Pedro en Antioquía.
Versículo bíblico para hoy: Gálatas 2:8 DHH
[Pablo dijo:] “Pues el mismo Dios que envió a Pedro como apóstol a los judíos, me envió también a mí como apóstol a los no judíos.”
Lectura
2 Catorce años después fui otra vez a Jerusalén con Bernabé, y llevé a Tito conmigo. 2 Fui porque Dios me había mostrado que tenía que ir. Y allí expuse ante la comunidad el evangelio que anuncio a los no judíos. Y lo expliqué también en privado ante aquellos que eran reconocidos como de mayor autoridad, para dejar en claro que lo que yo estaba haciendo o había hecho no era trabajo inútil. 3 Pero ni siquiera Tito, que estaba conmigo y que era griego, fue obligado a someterse al rito de la circuncisión. 4 Algunos falsos hermanos se habían metido entre nosotros a escondidas, para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y hacernos otra vez esclavos de la ley. 5 Pero ni por un momento nos dejamos llevar por ellos, porque queríamos que la verdad del evangelio permaneciera en ustedes.
6 Pero no me añadieron nada nuevo los que eran reconocidos como de mayor autoridad (aunque a mí no me interesa lo que hayan sido ellos, porque Dios no juzga por las apariencias). 7 Al contrario, reconocieron que Dios me había encargado el trabajo de anunciar el evangelio a los no judíos, así como a Pedro le había encargado el trabajo de anunciarlo a los judíos. 8 Pues el mismo Dios que envió a Pedro como apóstol a los judíos, me envió también a mí como apóstol a los no judíos. 9 Santiago, Cefas y Juan, que eran tenidos por columnas de la iglesia, reconocieron que Dios me había concedido este privilegio, y para confirmar que nos aceptaban como compañeros, nos dieron la mano a mí y a Bernabé, y estuvieron de acuerdo en que nosotros fuéramos a trabajar entre los no judíos, mientras que ellos trabajarían entre los judíos. 10 Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado hacer con todo cuidado.
11 Pero cuando Cefas fue a la ciudad de Antioquía, lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable. 12 Pues primero comía con los no judíos, hasta que llegaron algunas personas de parte de Santiago; entonces comenzó a separarse, y dejó de comer con ellos, porque tenía miedo de los fanáticos de la circuncisión. 13 Y los otros creyentes judíos consintieron también con Pedro en su hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó llevar por ellos. 14 Por eso, cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del evangelio, le dije a Cefas delante de toda la comunidad: «Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras; ¿por qué, pues, quieres obligar a los no judíos a vivir como si lo fueran?»
Reflexiona
¿Cuál fue la «tarea especial» que los apóstoles reconocieron que le había sido encomendada a Pablo (versículos 7–9)? ¿A qué acuerdo llegaron Pablo y Bernabé con los líderes en Jerusalén (versículo 9)? Los apóstoles pidieron que Pablo «se acordara de los pobres» (versículo 10). ¿De qué maneras recuerdan hoy a los necesitados las iglesias y las organizaciones basadas en la fe? ¿Cómo recuerdas tú a los necesitados? ¿Qué causó el conflicto de Pablo con Pedro (versículos 11–14)?
Ora
Dios todopoderoso, con un corazón humilde te doy gracias por tus muchas bendiciones. Abre hoy mis ojos y mi corazón a las necesidades de los demás y a compartir las buenas noticias de tu amor y salvación. Amén.
Lectura para mañana
Gálatas 2:15–21: Pablo enseña cómo una persona es justificada delante de Dios.