Introducción

Génesis 47:13–31: A medida que la hambruna se vuelve más severa, José administra la distribución del trigo. Jacob y su familia permanecen en Egipto; y cuando Jacob se acerca a la muerte, José le promete a su padre que lo enterrará con sus antepasados en Canaán.

Versículo bíblico para hoy: Génesis 47:27

Los israelitas se quedaron a vivir en Egipto. Tomaron posesión de la región de Gosen, y allí llegaron a ser muy numerosos.

Lectura

13 En ninguna parte del país había trigo, y el hambre aumentaba más y más. Tanto en Egipto como en Canaán la gente se moría de hambre. 14 José recogió todo el dinero que los de Egipto y los de Canaán le habían pagado por el trigo comprado, y lo guardó en el palacio del faraón. 15 Cuando ya no había dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios fueron a decirle a José:

—¡Denos usted de comer! No es justo que nos deje morir de hambre, sólo porque ya no tenemos dinero.

16 Y José les contestó:

—Si ya no tienen dinero, traigan sus animales y se los cambiaré por trigo.

17 Los egipcios llevaron sus caballos, ovejas, vacas y asnos a José, y a cambio de ellos José les dio trigo durante todo ese año. 18 Pero pasó el año, y al año siguiente fueron a decirle a José:

—No podemos negarle a usted que ya no tenemos dinero; además, nuestros animales ya son suyos. Ya no tenemos otra cosa que darle, a no ser nuestras tierras y nuestros propios cuerpos. 19 Cómprenos usted a nosotros y a nuestras tierras, a cambio de trigo. Seremos esclavos del faraón y trabajaremos nuestras tierras para él, con tal de que usted nos dé semilla para que podamos vivir y para que la tierra no se eche a perder. ¿Por qué tiene usted que dejarnos morir, junto con nuestras tierras?

20 Entonces José compró todas las tierras de Egipto para el faraón, pues los egipcios vendieron sus terrenos, obligados por el hambre. Así la tierra pasó a poder del faraón, 21 y los egipcios fueron hechos esclavos en todo el país de Egipto. 22 Los únicos terrenos que José no compró fueron los de los sacerdotes, porque el faraón les daba cierta cantidad de trigo; así que no tuvieron que vender sus terrenos, porque comían de lo que el faraón les daba.

23 Luego José dijo a la gente:

—Ahora ustedes y sus terrenos son del faraón, pues yo los he comprado para él. Aquí tienen semilla para sembrar la tierra, 24 pero deberán darle al faraón la quinta parte de las cosechas; las otras cuatro partes serán para que siembren la tierra y para que coman ustedes, sus hijos y todos los que viven con ustedes.

25 Y ellos contestaron:

—Usted es muy bondadoso con nosotros, pues nos ha salvado la vida. ¡Seremos esclavos del faraón!

26 Así José puso por ley que en toda la tierra de Egipto se diera al faraón la quinta parte de las cosechas. Esta ley todavía existe; pero los sacerdotes no tienen que pagar nada, porque sus tierras nunca llegaron a ser del faraón.

27 Los israelitas se quedaron a vivir en Egipto. Tomaron posesión de la región de Gosen, y allí llegaron a ser muy numerosos. 28 Jacob vivió diecisiete años en Egipto, y llegó a la edad de ciento cuarenta y siete años.

29 Un día Israel sintió que ya pronto iba a morir. Entonces mandó llamar a su hijo José para decirle:

—Si de veras quieres hacerme un favor, pon tu mano debajo de mi muslo y júrame que harás lo que te voy a pedir. ¡Por favor, no me entierres en Egipto! 30 Cuando yo vaya a descansar junto con mis antepasados, sácame de Egipto y entiérrame en el sepulcro de ellos.

—Así lo haré —contestó José.

31 —¡Júramelo! —insistió su padre.

José se lo juró, y entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de su cama.

Reflexiona

La gente acude dos veces a José, suplicándole que «haga algo» (versículos 15, 19). ¿Qué acciones toma José para asegurarse de que la gente siga recibiendo alimento (versículos 20–26)? ¿Qué medidas existen en tu comunidad para proveer a los necesitados?

Ora
Dios cuidador, bajo tu mirada atenta estoy en tu amoroso cuidado y tú provees mis necesidades diarias. Abre mis ojos y mi corazón hacia quienes me rodean y que tienen hambre, dolor y necesidad. Así como me has bendecido, que yo pueda ser un canal de tus bendiciones para alguien hoy. Amén.

Y ahora, unámonos para alabar a Dios porque personas con discapacidades visuales han sido atendidas con recursos de las Escrituras durante 200 años. Señor Dios, gracias al generoso apoyo continuo de los socios de Una Biblia al Mes, las Sociedades Bíblicas de todo el mundo celebraron recientemente 220 años de producir Biblias y otros recursos de las Escrituras disponibles en Braille, letra grande y formatos de audio para personas con discapacidades visuales. Además, varias Sociedades Bíblicas están trabajando para producir una transcripción en Braille al final de cada nueva traducción bíblica, para ayudar a más personas a profundizar su relación personal contigo, Señor Dios, a través de tu Palabra. ¡Gracias a Dios! Amén.

Lectura para mañana

Génesis 48:1–22: Jacob bendice a los dos hijos de José.