Introducción
Hechos 5:1–16: Ananías y su esposa Safira venden una propiedad, pero retienen engañosamente una parte del dinero para sí mismos en lugar de dar la cantidad completa a los apóstoles para la comunidad de creyentes. Son confrontados por Pedro y luego mueren. Todos los que escuchan acerca de su muerte se aterrorizan. Los apóstoles realizan milagros y maravillas, y muchos de los que estaban enfermos son sanados.
Versículo bíblico para hoy: Hechos 5:12a
Por medio de los apóstoles se hacían muchas señales y milagros entre la gente.
Lectura
5 Pero hubo uno, llamado Ananías, que junto con Safira, su esposa, vendió un terreno. 2 Este hombre, de común acuerdo con su esposa, se quedó con una parte del dinero y puso la otra parte a disposición de los apóstoles. 3 Pedro le dijo:
—Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás te dominara y te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron por el terreno? 4 ¿Acaso no era tuyo el terreno? Y puesto que lo vendiste, ¿no era tuyo el dinero? ¿Por qué se te ocurrió hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
5 Al oír esto, Ananías cayó muerto. Y todos los que lo supieron se llenaron de miedo. 6 Entonces vinieron unos jóvenes, envolvieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar.
7 Unas tres horas después entró la esposa de Ananías, sin saber lo que había pasado. 8 Pedro le preguntó:
—Dime, ¿vendieron ustedes el terreno en el precio que han dicho?
Ella contestó:
—Sí, en ese precio.
9 Pedro le dijo:
—¿Por qué se pusieron ustedes de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Ahí vienen los que se llevaron a enterrar a tu esposo, y ahora te van a llevar también a ti.
10 En ese mismo instante Safira cayó muerta a los pies de Pedro. Cuando entraron los jóvenes, la encontraron muerta, y se la llevaron a enterrar al lado de su esposo. 11 Y todos los de la iglesia, y todos los que supieron estas cosas, se llenaron de miedo.
12 Por medio de los apóstoles se hacían muchas señales y milagros entre la gente; y todos se reunían en el Pórtico de Salomón. 13 Ninguno de los otros se atrevía a juntarse con ellos, pero la gente los tenía en alta estima. 14 Y aumentó el número de personas, tanto hombres como mujeres, que creyeron en el Señor. 15 Y sacaban los enfermos a las calles, poniéndolos en camas y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. 16 También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudía mucha gente trayendo enfermos y personas atormentadas por espíritus impuros; y todos eran sanados.
Reflexiona
La lectura para hoy subraya la seriedad del engaño dentro de una comunidad de fe. Las acciones de Ananías y Safira contrastan con la lectura de ayer (Hechos 4:23–37) sobre el compartir las posesiones dentro de la comunidad de creyentes. ¿Por qué crees que retuvieron una parte del dinero sin decírselo a los apóstoles? ¿Por qué es importante la confianza entre los miembros de una comunidad?
Ora
Señor Dios, todo lo que tengo proviene de ti. Modera mi deseo de querer más de lo que necesito. Abre mi corazón y enséñame a dar desinteresadamente a los que están en necesidad. Amén.
Lectura para mañana
Hechos 5:17–42: Los apóstoles son perseguidos.