Introducción
Isaías 8:16—9:7: La lectura para hoy incluye la advertencia de Isaías sobre el ataque asirio y el juicio venidero de Dios contra Judá porque el rey Ahaz prefirió buscar una alianza con Asiria en lugar de confiar en Dios (8:1–15). Después de predecir un tiempo de dificultades, Isaías pronuncia palabras de esperanza sobre la llegada de un rey justo y su reinado de justicia y paz.
Versículo bíblico para hoy: Isaías 9:6
Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz.
Lectura
16 Guarden bien este mensaje;
mantengan ocultas estas instrucciones, estas enseñanzas mías.
17 Aunque el Señor se oculta del pueblo de Jacob,
yo confío en él.
En él he puesto mi esperanza.
18 Yo y los hijos que me dio el Señor
somos señales milagrosas para Israel,
puestas por el Señor todopoderoso
que vive en el monte Sión.
19 Sin duda la gente les dirá a ustedes:
«Consulten a los espíritus de los muertos
y a esos adivinos que cuchichean y susurran.
¿Acaso no debe un pueblo consultar a sus dioses,
y pedir consejo a los muertos acerca de los vivos
20 para recibir una instrucción o un mensaje?»
Sin duda que hablarán así,
pero lo que dicen es una tontería.
21 La gente irá de una parte a otra,
oprimida y con hambre,
y por el hambre se pondrán furiosos.
Maldecirán a su rey y a sus dioses.
Volverán la cara hacia arriba
22 y después mirarán al suelo,
y no encontrarán más que miseria y oscuridad,
tinieblas y angustia.
Todo lo cubrirá la noche.
9 (8.23a) Y el oprimido no podrá escapar.
1b (8.23b) Al principio Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí, región vecina a los paganos, que se extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor.
2 (1) El pueblo que andaba en la oscuridad
vio una gran luz;
una luz ha brillado
para los que vivían en tinieblas.
3 (2) Señor, has traído una gran alegría;
muy grande es el gozo.
Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha,
como se alegran los que se reparten grandes riquezas.
4 (3) Porque tú has deshecho
la esclavitud que oprimía al pueblo,
la opresión que lo afligía,
la tiranía a que estaba sometido.
Fue como cuando destruiste a Madián.
5 (4) Las botas que hacían resonar los soldados
y los vestidos manchados de sangre
serán quemados, destruidos por el fuego.
6 (5) Porque nos ha nacido un niño,
Dios nos ha dado un hijo,
al cual se le ha concedido el poder de gobernar.
Y le darán estos nombres:
Admirable en sus planes, Dios invencible,
Padre eterno, Príncipe de la paz.
7 (6) Se sentará en el trono de David;
extenderá su poder real a todas partes
y la paz no se acabará;
su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.
Reflexiona
¿Qué les dice Isaías a sus discípulos (8:16–20)? Vuelve a leer el versículo 20. ¿Qué piensas acerca de lo que el Señor está enseñando? Vuelve a leer 9:2–7. En la tradición cristiana, los versículos 6 y 7 se interpretan como una referencia a la venida del rey mesiánico. ¿Cómo se describe a este rey y a su reino? ¿Qué promesa se da? ¿Qué versículos te hablan de esperanza?
Ora
Señor Dios todopoderoso, tu reino es eterno. Eres Admirable, nuestro Dios invencible, Padre eterno y Príncipe de la paz. Confiando en tus promesas, me lleno de esperanza y alabo tu glorioso nombre. Amén.
Lectura para mañana
Lucas 1:1–25: El nacimiento de Juan el Bautista es anunciado.