Introducción

Juan 11:45–57: La resurrección de Lázaro causa división entre los judíos, y las autoridades religiosas hacen planes para arrestar y matar a Jesús.

Versículo bíblico para hoy: Juan 11:45

Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho.

Lectura

45 Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. 46 Pero algunos fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que había hecho Jesús. 47 Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes reunieron a la Junta Suprema, y dijeron:

—¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. 48 Si lo dejamos, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.

49 Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo:

—Ustedes no saben nada, 50 ni se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida.

51 Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús iba a morir por la nación judía; 52 y no solamente por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos. 53 Así que desde aquel día las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.

54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que salió de la región de Judea y se fue a un lugar cerca del desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos.

55 Faltaba poco para la fiesta de la Pascua de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén a celebrar los ritos de purificación antes de la Pascua. 56 Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo:

—¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?

57 Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder arrestarlo.

Reflexiona

Los líderes religiosos temían que Jesús llevara a sus seguidores a rebelarse contra Roma y que el ejército romano destruyera entonces su nación y el Templo. También temían que, si muchas personas comenzaban a seguir a Jesús y sus enseñanzas, su propio poder se vería disminuido. ¿Qué piensas sobre el debate que tuvo lugar entre los líderes religiosos y la Junta Suprema (versículos 47–50)? ¿Cómo entiende el narrador bíblico las palabras cínicas del Sumo Sacerdote (versículos 51–52)?

Ora

Te amo, Señor Jesús. Empodérame con la valentía de proclamar tu amor y salvación a otros y glorificarte. Amén.

Lectura para mañana

Juan 12:1–11: Jesús es ungido en Betania.