Introducción
Lucas 15:11–32: La lectura de ayer incluyó dos parábolas sobre cosas perdidas (Lucas 15:1–10). La lectura para hoy es la historia de un hijo perdido, y es la tercera de una trilogía de parábolas sobre lo que significa estar perdido y luego ser encontrado.
Versículo bíblico para hoy: Lucas 15:32 DHH
[El padre dijo:] “Había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.”
Lectura
11 Jesús contó esto también: «Un hombre tenía dos hijos, 12 y el más joven le dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me toca.” Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. 13 Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. 14 Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y él comenzó a pasar hambre. 15 Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Al fin se puso a pensar: “¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! 18 Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; 19 ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores.” 20 Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
»Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos. 21 El hijo le dijo: “Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo.” 22 Pero el padre ordenó a sus criados: “Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! 24 Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.” Comenzaron la fiesta.
25 »Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. 26 Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. 27 El criado le dijo: “Es que su hermano ha vuelto; y su padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo.” 28 Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. 29 Le dijo a su padre: “Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. 30 En cambio, ahora llega este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo.”
31 »El padre le contestó: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.”»
Reflexiona
Aunque la lectura para hoy es frecuentemente llamada «La parábola del hijo pródigo», en realidad es una historia sobre un padre y dos hijos. ¿Cómo actúa cada uno de los hijos? ¿Cómo muestra el padre su amor por el hijo menor que regresa a casa después de gastar su dinero de manera irresponsable? ¿Cómo muestra el padre su amor por el hijo mayor que permaneció en casa? ¿Qué te enseña esta parábola acerca del amor de Dios? Vuelve a Lucas 15:1–2 en la lectura de ayer y piensa en quiénes están escuchando esta parábola.
Ora
Dios amoroso, siempre estás dispuesto a recibir en tu reino a quienes se han alejado. Gracias por buscarme y restaurarme a tu rebaño. Tu amor inquebrantable revive mi alma y me llena de gozo. Amén.
Lectura para mañana
Lucas 18:1–17: Jesús enseña sobre la persistencia en la oración y la verdadera humildad.