Introducción

Oseas 6:1—7:2: El Señor espera fidelidad, pero el amor del pueblo hacia el Señor desaparece como el rocío de la mañana. El mensaje de Dios es uno de juicio y destrucción debido a las malas obras del pueblo.

Versículo bíblico para hoy: Oseas 6:6

[El Señor dice:] “Lo que quiero de ustedes es que me amen, y no que me hagan sacrificios; que me reconozcan como Dios, y no que me ofrezcan holocaustos.”

Lectura

Vengan todos y volvámonos al Señor.
Él nos destrozó, pero también nos sanará;
nos hirió, pero también nos curará.
En un momento nos devolverá la salud,
nos levantará para vivir delante de él.
¡Esforcémonos por conocer al Señor!
El Señor vendrá a nosotros,
tan cierto como que sale el sol,
tan cierto como que la lluvia riega la tierra
en otoño y primavera.

Dice el Señor:
«¿Qué haré contigo, Efraín?
¿Qué haré contigo, Judá?
El amor que ustedes me tienen
es como la niebla de la mañana,
como el rocío de madrugada, que temprano desaparece.
Por eso los he despedazado mediante los profetas;
por medio de mi mensaje los he matado.
Mi justicia brota como la luz.
Lo que quiero de ustedes es que me amen,
y no que me hagan sacrificios;
que me reconozcan como Dios,
y no que me ofrezcan holocaustos.

»Pero mi pueblo, lo mismo que Adán,
ha faltado a mi alianza y me ha sido infiel.
Galaad es una ciudad de malhechores,
toda llena de huellas de sangre.
Los sacerdotes son una pandilla de ladrones
puestos al acecho de la gente;
asesinan y cometen infamias
en el camino de Siquem.
10 En Israel he visto cosas horribles:
Efraín se ha prostituido,
Israel se ha contaminado.
11 Y aun para ti, Judá,
ya he señalado el día de tu castigo.

»Cuando quiero cambiar la suerte de mi pueblo Israel,

cuando quiero curar a mi pueblo, a Efraín y a Samaria,
salta a la vista su pecado y su maldad.
Porque todos practican la mentira;
como ladrones, entran en las casas
y asaltan a la gente en plena calle.
No toman en cuenta
que yo recuerdo todas sus maldades.
Ahora los acorralan sus propias acciones,
que están siempre delante de mis ojos.

Reflexiona

¿Qué dice el pueblo que hará (6:1–3)? ¿Cómo responde el Señor (6:4–6)? ¿Qué actos malvados se citan en 6:7–10? ¿Qué impide que el Señor ayude a Israel (7:1–2)? ¿Cuándo has sentido la necesidad de ser sanado del pecado y restaurado a Dios?

Ora

Amado Dios, tú ves profundamente en mi corazón y conoces cada uno de mis pensamientos. Límpiame de todo mal que acecha en mi corazón y mente. Acércame a ti para que pueda vivir en la presencia de tu amor eterno. Amén.

Lectura para mañana

Oseas 8:1–14: Israel es condenado por su adoración a ídolos.