Introducción
Salmos 18:1–24: Hoy comenzamos a leer la primera mitad del Salmo 18. Es el tercer salmo más largo (después del 119 y 78) y utiliza la imagen de Dios como guerrero. El salmo se le atribuye a David, quien canta esta canción al Señor después de que Dios lo rescató de sus enemigos. Esta canción de victoria también aparece en 2 Samuel 22. Durante siglos, este salmo ha sido utilizado para expresar la esperanza de que Dios rescataría a su pueblo de sus enemigos.
Versículo bíblico para hoy: Salmos 18:1
Tú, Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo!
Lectura
18 (2b) Tú, Señor, eres mi fuerza;
¡yo te amo!
2 (3) Tú eres mi protector,
mi lugar de refugio,
mi libertador,
mi Dios,
la roca que me protege,
mi escudo,
el poder que me salva,
mi más alto escondite.
3 (4) Tú, Señor, eres digno de alabanza:
cuando te llamo, me salvas de mis enemigos.
4 (5) La muerte me enredó en sus lazos;
sentí miedo ante el torrente destructor.
5 (6) La muerte me envolvió en sus lazos;
¡me encontré en trampas mortales!
6 (7) En mi angustia llamé al Señor,
pedí ayuda a mi Dios,
y él me escuchó desde su templo;
¡mis gritos llegaron a sus oídos!
7 (8) Hubo entonces un fuerte temblor de tierra:
los montes se estremecieron hasta sus bases;
fueron sacudidos por la furia del Señor.
8 (9) De su nariz brotaba humo,
y de su boca un fuego destructor;
¡por la boca lanzaba carbones encendidos!
9 (10) Descorrió la cortina del cielo, y descendió.
¡Debajo de sus pies había grandes nubarrones!
10 (11) Montó en un ser alado, y voló
deslizándose sobre las alas del viento.
11 (12) Tomó como escondite,
como tienda de campaña,
la densa oscuridad que lo rodeaba
y los nubarrones cargados de agua.
12 (13) Un fulgor relampagueante salió de su presencia;
brotaron de las nubes granizos y carbones encendidos.
13 (14) El Señor, el Altísimo,
hizo oír su voz de trueno desde el cielo;
granizos y carbones encendidos.
14 (15) Lanzó sus rayos como flechas,
y a mis enemigos hizo huir en desorden.
15 (16) El fondo del mar quedó al descubierto;
las bases del mundo quedaron a la vista
por la voz amenazante del Señor,
por el fuerte soplo que lanzó.
16 (17) Dios me tendió la mano desde lo alto,
y con su mano me sacó del mar inmenso.
17 (18) Me salvó de enemigos poderosos
que me odiaban y eran más fuertes que yo.
18 (19) Me atacaron cuando yo estaba en desgracia,
pero el Señor me dio su apoyo:
19 (20) me sacó a la libertad;
¡me salvó porque me amaba!
20 (21) El Señor me ha dado la recompensa
que merecía mi limpia conducta,
21 (22) pues yo he seguido el camino del Señor;
¡jamás he renegado de mi Dios!
22 (23) Yo tengo presentes todos sus decretos;
¡jamás he rechazado sus leyes!
23 (24) Me he conducido ante él sin tacha alguna;
me he alejado de la maldad.
24 (25) El Señor me ha recompensado
por mi limpia conducta en su presencia.
Reflexiona
¿Cómo se describe a Dios en los versículos 1 y 2? ¿Cómo expresa David su rescate por parte de Dios (versículos 7–19)? En estos versículos, ¿qué imágenes se utilizan para describir el poder de Dios? Vuelve a leer los versículos 20–24. En los versículos 20 y 24, David afirma haber sido recompensado por hacer lo correcto. ¿Qué razones da para decir esto? ¿Alguna vez has sentido que fuiste recompensado por hacer lo correcto? Si es así, ¿cuál fue la circunstancia?
Ora
¡Cuánto te amo, Señor! Eres mi fuerte refugio y lugar de seguridad. Escuchas mi clamor cuando estoy angustiado, y sé que puedo acudir a ti en busca de ayuda. En tu cuidado me siento a salvo y seguro. Amén.
Lectura para mañana
Salmos 18:25–50: el salmo finaliza celebrando la victoria de Dios.