Introducción

Salmos 40:1–11: Este salmo celebra lo que Dios ha hecho por el autor. Mientras que muchos de los salmos de ayuda muestran un movimiento que va desde la desesperación a la alabanza, este salmo comienza alabando a Dios, y en la conclusión el escritor expresa su confianza en el amor y la misericordia de Dios.

Versículo bíblico para hoy: Salmos 40:11

Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura! ¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!

Lectura

40 (2) Puse mi esperanza en el Señor,
y él se inclinó para escuchar mis gritos;
2 (3) me salvó de la fosa mortal,
me libró de hundirme en el pantano.
Afirmó mis pies sobre una roca;
dio firmeza a mis pisadas.
3 (4) Hizo brotar de mis labios un nuevo canto,
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos
y pusieron su confianza en el Señor.
4 (5) ¡Feliz el hombre que confía en el Señor
y no busca a los insolentes
ni a los que adoran a dioses falsos!

5 (6) Señor y Dios mío,
muchas son las maravillas que tú has hecho
y las consideraciones que nos tienes.
¡Nada es comparable a ti!
Quisiera anunciarlas, hablar de ellas,
pero son más de las que puedo contar.

6 (7) Tú no te complaces en los sacrificios
ni en las ofrendas de cereales;
tampoco has pedido holocaustos
ni ofrendas para quitar el pecado.
En cambio, me has abierto los oídos.
7 (8) Por eso he dicho: Aquí estoy,
tal como el libro dice de mí.
8 (9) A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío;
¡llevo tu enseñanza en el corazón!
9 (10) En presencia de tu pueblo numeroso
he dado a conocer lo que es justo.
¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio!
10 (11) No me he quedado callado acerca de tu justicia;
he hablado de tu fidelidad y salvación.
Jamás he ocultado tu amor y tu verdad
ante tu pueblo numeroso.

11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura!
¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!

Reflexiona

El salmista comienza reconociendo que puso su «esperanza en el Señor». ¿Alguna vez has experimentado un momento en el que necesitaste esperar con paciencia la ayuda de Dios? ¿Qué venía a tu mente en ese momento?

Ora

Señor misericordioso, tu amor y lealtad me mantienen a salvo. Sé que escuchas cuando oro a ti, y que oyes mis gritos cuando clamo a ti por ayuda. Gracias por tu amor inquebrantable y fidelidad. Amén.

Lectura para mañana

Salmos 61: Hallando la seguridad en Dios.