La Palabra de Dios que guía: oración
Introducción
Salmos 31: Al comienzo del salmo de hoy, el escritor expresa su confianza en Dios (versículos 1-8), seguido de una serie de lamentaciones (versículos 9-13), confianza (versículo 14), súplicas de liberación (versículos 15-18) y un acto conclusivo de alabanza (versículos 19-24). Este salmo es un ejemplo de expresar quejas al mismo tiempo que se expresa confianza en Dios. Varias tradiciones de fe incluyen los versículos 1-5 entre las lecturas al comienzo de la Semana Santa o el Domingo de la Resurrección del Señor. Algunas traducciones interpretan el versículo 5 como «En tus manos encomiendo mi espíritu», palabras pronunciadas por Jesús en la cruz (Lucas 23:46).
Versículo clave para hoy: Salmos 31:24
Den ánimo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor.
Lectura para hoy
(1) Del maestro de coro. Salmo de David.
31 (2) Señor, en ti busco protección;
¡no me defraudes jamás!
¡Ponme a salvo, pues tú eres justo!
2 (3) Dígnate escucharme;
¡date prisa, líbrame ya!
Sé tú mi roca protectora,
¡sé tú mi castillo de refugio y salvación!
3 (4) ¡Tú eres mi roca y mi castillo!
¡Guíame y protégeme; haz honor a tu nombre!
4 (5) ¡Sácame de la trampa que me han tendido,
pues tú eres mi protector!
5 (6) En tus manos encomiendo mi espíritu;
¡rescátame, Señor, Dios de la verdad!
6 (7) Odio a los que adoran ídolos inútiles.
He puesto mi confianza en el Señor.
7 (8) Tu amor me trae gozo y alegría.
Tú has visto mis tristezas,
conoces mis aflicciones;
8 (9) no me entregaste en manos del enemigo;
¡me hiciste poner pie en lugar seguro!
9 (10) Señor, ten compasión de mí,
pues estoy en peligro.
El dolor debilita mis ojos,
mi cuerpo, ¡todo mi ser!
10 (11) ¡El dolor y los lamentos
acaban con los años de mi vida!
La tristeza acaba con mis fuerzas;
¡mi cuerpo se está debilitando!
11 (12) Soy el hazmerreír de mis enemigos,
objeto de burla de mis vecinos,
horror de quienes me conocen.
¡Huyen de mí cuantos me ven en la calle!
12 (13) Me han olvidado por completo,
como si ya estuviera muerto.
Soy como un jarro hecho pedazos.
13 (14) Puedo oír que la gente cuchichea:
«Hay terror por todas partes.»
Como un solo hombre, hacen planes contra mí;
¡hacen planes para quitarme la vida!
14 (15) Pero yo, Señor, confío en ti;
yo he dicho: «¡Tú eres mi Dios!»
15 (16) Mi vida está en tus manos;
¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen!
16 (17) Mira con bondad a este siervo tuyo,
y sálvame, por tu amor.
17 (18) A ti clamo, Señor;
¡no me hundas en la vergüenza!
¡Hunde en la vergüenza a los malvados;
húndelos en el silencio del sepulcro!
18 (19) Queden en silencio los labios mentirosos,
que hablan con burla y desprecio,
y ofenden al hombre honrado.
19 (20) ¡Qué grande es tu bondad para aquellos que te honran!
La guardas como un tesoro
y, a la vista de los hombres,
la repartes a quienes confían en ti.
20 (21) Con la protección de tu presencia
los libras de los planes malvados del hombre;
bajo tu techo los proteges
de los insultos de sus enemigos.
21 (22) Bendito sea el Señor, que con su amor
hizo grandes cosas por mí
en momentos de angustia.
22 (23) En mi inquietud llegué a pensar
que me habías echado de tu presencia;
pero cuando te pedí ayuda,
tú escuchaste mis gritos.
23 (24) Amen al Señor, todos sus fieles.
El Señor cuida de los sinceros,
pero a los altaneros
les da con creces su merecido.
24 (25) Den ánimo y valor a sus corazones
todos los que confían en el Señor.
Reflexiona
Observa el movimiento de este salmo desde palabras de confianza y fe, pasando por peticiones de ayuda, hasta concluir con alabanza. ¿Alguna vez has experimentado este tipo de jornada espiritual al orar? ¿Hay algo para lo cual necesitas la ayuda de Dios hoy? ¿Por qué le darás gracias a Dios hoy?
Ora
Oh Señor, confiando en tu misericordia y justicia, recurro a ti en busca de ayuda. Cuando estoy en problemas, me pongo bajo tu cuidado. Mi esperanza está en ti. Te agradezco y te alabo por refugiarme en tu bondad y amor. Amén.
Lectura para mañana
Marcos 11:1–25: Jesús entra a Jerusalén.