La renovadora Palabra de Dios: sabiduría
Introducción
1 Corintios 4:1-21: Pablo se describe a sí mismo y a los demás apóstoles como «ayudantes de Cristo», y describe la obra de los apóstoles como fieles siervos de Cristo. Pablo exhorta a los corintios a no juzgar a los demás y a esperar hasta el regreso del Señor, momento en el cual ocurrirá el juicio final. El pasaje concluye con Pablo afirmando que está enviando a Timoteo, un colaborador en Cristo, para visitar a los corintios y continuar con las enseñanzas que Pablo había comenzado.
Lectura para hoy
El trabajo de los apóstoles
4 Ustedes deben considerarnos simplemente como ayudantes de Cristo, encargados de enseñar los designios secretos de Dios. 2 Ahora bien, el que recibe un encargo debe demostrar que es digno de confianza. 3 En cuanto a mí respecta, muy poco me preocupa ser juzgado por ustedes o por algún tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. 4 Sin embargo, el que mi conciencia no me acuse de nada no significa que yo por esto sea inocente. Pues el que me juzga es el Señor. 5 Por lo tanto, no juzguen ustedes nada antes de tiempo; esperen a que el Señor venga y saque a la luz lo que ahora está en la oscuridad y dé a conocer las intenciones del corazón. Entonces Dios dará a cada uno la alabanza que merezca.
6 Hermanos, les hablo de estas cosas por su propio bien y poniendo como ejemplo a Apolo y a mí mismo. Lo digo para que por nuestro ejemplo aprendan ustedes a no ir más allá de lo que está escrito, y para que nadie se hinche de orgullo, favoreciendo a uno en perjuicio de otro. 7 Pues, ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo?
8 Al parecer, ustedes ya son ricos, y tienen todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! 9 Pues me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10 Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. 11 Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio 12 y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. 13 Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy.
14 No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como a mis propios hijos, pues los amo. 15 Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tienen muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús. 16 Así pues, les ruego que sigan mi ejemplo.
17 Por esto les envié a Timoteo, mi querido y fiel hijo en el Señor. Él los hará recordar mi conducta como creyente en Cristo Jesús, conforme a lo que enseño en todas las iglesias por donde paso. 18 Algunos de ustedes ya se sienten muy confiados pensando que no iré a verlos; 19 pero, si el Señor quiere, espero visitarlos pronto. Entonces veré lo que son capaces de hacer esos que se hinchan de orgullo, y no solamente lo que son capaces de decir. 20 Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder. 21 ¿Qué prefieren ustedes: que vaya dispuesto a castigarlos, o que vaya a verlos con amor y ternura?
Versículo clave de hoy: 1 Corintios 4:20
Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder.
Reflexiona
Pablo les dice a los corintios que piensen en él y en los demás apóstoles como «ayudantes de Cristo». ¿Qué se requiere de un ayudante de Cristo (versículo 2)? ¿Qué significa para ti ser un ayudante de Cristo? Lee nuevamente los versículos 9-13. ¿Cómo describe Pablo la obra de los apóstoles? ¿Cuáles fueron tus pensamientos al leer estos versículos? ¿Qué palabras de aliento se pueden extraer de estos versículos? Según el versículo 20, ¿cómo podrían haber fortalecido estas palabras a Pablo para continuar predicando sobre Cristo a pesar de las dificultades que enfrentó como «ayudante de Cristo»? ¿Cómo podrían fortalecerte a ti en tu fe?
Ora
Señor Jesús, enséñame a ser tu ayudante mientras busco seguir los principios de tus enseñanzas y vivir en unión contigo. Con fe creo que el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder, y te prometo mi obediencia y lealtad. Amén.
Lectura para mañana
Salmos 14: Desde el cielo, el Señor ve la maldad humana.