Introducción
1 Reyes 3:1–15: el Señor se le aparece al rey Salomón en un sueño y le pregunta qué le gustaría que Dios le diera. Dios se complace con la respuesta de Salomón y promete también darle lo que no pidió (riqueza y honor). Cuando Salomón despierta, lleva ofrendas al Señor y ofrece un banquete para todos sus oficiales.
Versículo bíblico para hoy: 1 Reyes 3:9a
[Salomón oró:] “Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo.”
Lectura
3 Salomón emparentó con el faraón, rey de Egipto, pues se casó con su hija y la llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio y el templo del Señor y la muralla alrededor de Jerusalén. 2 La gente, sin embargo, ofrecía sus sacrificios en los lugares altos de culto pagano, porque hasta entonces no se había construido un templo para el Señor.
3 Salomón amaba al Señor y cumplía las leyes establecidas por David, su padre, aun cuando él mismo ofrecía sacrificios e incienso en los lugares altos, 4 e incluso iba a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquél era el lugar alto más importante; y ofrecía en aquel lugar mil holocaustos.
5 Una noche, en Gabaón, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.»
6 Salomón respondió: «Tú trataste con gran bondad a mi padre, tu siervo David, pues él se condujo delante de ti con lealtad, justicia y rectitud de corazón para contigo. Por eso lo trataste con tanta bondad y le concediste que un hijo suyo se sentara en su trono, como ahora ha sucedido. 7 Tú, Señor y Dios mío, me has puesto para que reine en lugar de David, mi padre, aunque yo soy un muchacho joven y sin experiencia. 8 Pero estoy al frente del pueblo que tú escogiste: un pueblo tan grande que, por su multitud, no puede contarse ni calcularse. 9 Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?»
10 Al Señor le agradó que Salomón le hiciera tal petición, 11 y le dijo: «Porque me has pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para saber oír y gobernar, 12 voy a hacer lo que me has pedido: yo te concedo sabiduría e inteligencia como nadie las ha tenido antes que tú ni las tendrá después de ti. 13 Además, te doy riquezas y esplendor, cosas que tú no pediste, de modo que en toda tu vida no haya otro rey como tú. 14 Y si haces mi voluntad, y cumples mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te concederé una larga vida.»
15 Al despertar, Salomón se dio cuenta de que había sido un sueño. Y cuando llegó a Jerusalén, se presentó ante el arca de la alianza del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de reconciliación. Después dio un banquete a todos sus funcionarios.
Reflexiona
¿Qué le pidió Salomón a Dios? ¿Qué prometió Dios darle? ¿Qué más prometió Dios darle a Salomón si obedecía a Dios? ¿Qué le pedirás a Dios hoy?
Ora
Señor Dios, llena mi mente con tu sabiduría para que camine en tus caminos y discierne la diferencia entre el bien y el mal. Enséñame a obedecerte y a hacer lo que está de acuerdo con tu voluntad. Oro en tu santo nombre. Amén.
Lectura para mañana
1 Reyes 3:16–28: el rey Salomón juzga sobre un caso difícil.