Introducción

1 Reyes 3:16–28: inmediatamente después de que Dios promete darle sabiduría al rey Salomón, se narra el caso de dos prostitutas que se acercan a Salomón buscando su juicio. Cada mujer había dado a luz a un hijo, pero uno de los niños murió. Ambas mujeres afirman ser la madre legítima del niño vivo.

Versículo bíblico para hoy: 1 Reyes 3:28

Todo Israel se enteró de la sentencia con que el rey había resuelto el pleito, y sintieron respeto por él, porque vieron que Dios le había dado sabiduría para administrar justicia.

Lectura

16 Por aquel tiempo fueron a ver al rey dos prostitutas. Cuando estuvieron en su presencia, 17 una de ellas dijo:

—¡Ay, Majestad! Esta mujer y yo vivimos en la misma casa, y yo di a luz estando ella conmigo en casa. 18 A los tres días de que yo di a luz, también dio a luz esta mujer. Estábamos las dos solas. No había ninguna persona extraña en casa con nosotras; sólo estábamos nosotras dos. 19 Pero una noche murió el hijo de esta mujer, porque ella se acostó encima de él. 20 Entonces se levantó a medianoche, mientras yo estaba dormida, y quitó de mi lado a mi hijo y lo acostó con ella, poniendo junto a mí a su hijo muerto. 21 Por la mañana, cuando me levanté para dar el pecho a mi hijo, vi que estaba muerto. Pero a la luz del día lo miré, y me di cuenta de que aquél no era el hijo que yo había dado a luz.

22 La otra mujer dijo:

—No, mi hijo es el que está vivo, y el tuyo es el muerto.

Pero la primera respondió:

—No, tu hijo es el muerto, y mi hijo el que está vivo.

Así estuvieron discutiendo delante del rey. 23 Entonces el rey se puso a pensar: «Ésta dice que su hijo es el que está vivo, y que el muerto es el de la otra; ¡pero la otra dice exactamente lo contrario!» 24 Luego ordenó:

—¡Tráiganme una espada!

Cuando le llevaron la espada al rey, 25 ordenó:

—Corten en dos al niño vivo, y denle una mitad a cada una.

26 Pero la madre del niño vivo se angustió profundamente por su hijo, y suplicó al rey:

—¡Por favor! ¡No mate Su Majestad al niño vivo! ¡Mejor déselo a esta mujer!

Pero la otra dijo:

—Ni para mí ni para ti. ¡Que lo partan!

27 Entonces intervino el rey y ordenó:

—Entreguen a aquella mujer el niño vivo. No lo maten, porque ella es su verdadera madre.

28 Todo Israel se enteró de la sentencia con que el rey había resuelto el pleito, y sintieron respeto por él, porque vieron que Dios le había dado sabiduría para administrar justicia.

Reflexiona

¿Cómo determinó Salomón cuál de las dos mujeres era la madre legítima? ¿Cómo demostró su decisión que su sabiduría era un don de Dios? ¿De qué maneras buscas sabiduría de Dios cuando enfrentas una decisión difícil?

Ora

Dios soberano, guíame con tu sabiduría en las decisiones que pueda enfrentar hoy. Que todo lo que diga y haga dé gloria y honor a ti y a tu santo nombre. Amén.

Lectura para mañana

Salmos 19: la gloria de Dios en la creación.