La Palabra de Dios que guía: promesa

18 de junio

Introducción

Isaías 33:10–24: la lectura para hoy se centra en una advertencia sobre cómo el poder del Señor será desatado sobre las personas pecadoras. Se describe el glorioso futuro de Jerusalén, y un rey justo gobernará la tierra.

Versículo bíblico para hoy: Isaías 33:22b

Porque el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey, y él nos salvará.

Lectura

10 El Señor dice:
«Ahora voy a actuar;
ahora voy a mostrar toda mi grandeza y majestad.
11 Los planes y las obras de ustedes son paja y basura;
mi soplo los devorará como un incendio.
12 Los pueblos serán reducidos a cenizas;
como espinos cortados arderán en el fuego.
13 Los que están lejos escuchen lo que he hecho,
y los que están cerca reconozcan mi poder.»

14 En Sión tiemblan los pecadores,
y los impíos se llenan de terror y dicen:
«¿Quién de nosotros puede vivir
en un fuego destructor, en una hoguera eterna?»

15 El que procede rectamente y dice la verdad,
el que no se enriquece abusando de la fuerza
ni se deja comprar con regalos,
el que no hace caso a sugerencias criminales
y cierra los ojos para no fijarse en el mal,
16 ése vivirá seguro,
tendrá su refugio en una fortaleza de rocas,
siempre tendrá pan y el agua no le faltará.

17 De nuevo verás al rey en su esplendor;
las fronteras del país llegarán hasta muy lejos.
18 Al recordar el miedo en que vivías, dirás:
«¿Dónde está el que contaba los impuestos?
¿Dónde está el que comprobaba el peso?
¿Dónde está el que contaba las torres?»
19 Ya no vivirás entre un pueblo insolente,
de lengua difícil de entender,
de idioma enredado, que nadie comprende.
20 Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas;
dirige tus ojos a Jerusalén, ciudad segura;
será como un campamento firme,
cuyas estacas no se arrancarán
ni se romperán sus cuerdas.
21 Ahí se muestra glorioso el Señor con nosotros.
Es un lugar de ríos, de corrientes muy anchas,
pero no lo invadirán los enemigos
con sus barcos de remo y sus naves poderosas.
22-23 Las cuerdas de esas naves
no pueden sostener el mástil;
la vela no se puede extender.
Arrebataremos tantas riquezas a los enemigos,
que hasta el ciego recibirá su parte
y los lisiados se dedicarán al saqueo.
Porque el Señor es nuestro juez,
nuestro legislador y nuestro rey,
y él nos salvará.
24 Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo.»
Dios perdonará los pecados a los habitantes de Sión.

Reflexiona

¿Por qué se compara el juicio de Dios con «un fuego destructor, en una hoguera eterna» (versículo 14)? ¿Qué dice Dios que las personas deben hacer para sobrevivir a dicho juicio (versículos 15–16)? ¿Cómo se describe el glorioso futuro de Jerusalén (versículos 17–24)? ¿Cómo te imaginas lo que se describe en estos versículos?

Ora

Señor Dios, tú eres mi rey. Reina en mi corazón por siempre. Tú eres como una fortaleza, y en ti estoy seguro y protegido. Todos los que te adoran y alaban ven tu gloria. Gracias por tu misericordia y tu amor constante. Amén.

Lectura para mañana

Isaías 38:1–20: la enfermedad y la recuperación del rey Ezequías.