La salvadora Palabra de Dios: renovación espiritual

Introducción

2 Corintios 9:1-15: la lectura para hoy continúa con el estímulo del apóstol Pablo a los Corintios, para que den generosamente a la colecta destinada a los seguidores de Jesús en Jerusalén. Él afirma que Dios aumentará lo que las personas tienen para que puedan dar aún más. Dice que sus donativos no solo ayudarán a otros en su necesidad, sino que también ayudarán a que otros alaben a Dios.

Lectura para hoy

En cuanto a la colecta para los hermanos en la fe, realmente no es necesario que siga escribiéndoles a ustedes, porque ya conozco su buena voluntad. Siempre digo con orgullo a los de Macedonia, que desde el año pasado ustedes los de Acaya han estado dispuestos a ayudar, y la mayoría de los de Macedonia se han animado por la buena disposición de ustedes. Sin embargo, les envío a estos hermanos para no quedar mal al sentirme tan orgulloso de ustedes cuando hablo de este asunto. Es decir, para que de veras estén preparados, no sea que algunos de Macedonia vayan conmigo y encuentren que ustedes no lo están. Eso sería una vergüenza para nosotros, que hemos tenido tanta confianza en ustedes; por no hablar de la vergüenza que sería para ustedes mismos. Precisamente por ello me ha parecido necesario pedir a estos hermanos que vayan a visitarlos primero, y que los ayuden a completar la colecta que ustedes habían prometido. Así, la colecta de ustedes estará dispuesta como una muestra de generosidad, y no como una muestra de tacañería.

Exhortación a la generosidad

Acuérdense de esto: El que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras. La Escritura dice:

«Ha dado abundantemente a los pobres,
y su generosidad permanece para siempre.»

10 Dios, que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ustedes todo lo necesario para su siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha. 11 Así tendrán ustedes toda clase de riquezas y podrán dar generosamente. Y la colecta que ustedes envíen por medio de nosotros, será motivo de que los hermanos den gracias a Dios. 12 Porque al llevar esta ayuda a los hermanos, no solamente les llevamos lo que les haga falta, sino que también los movemos a dar muchas gracias a Dios. 13 Y ellos alabarán a Dios, pues esta ayuda les demostrará que ustedes obedecen al evangelio que profesan, al evangelio de Cristo. También ellos honrarán a Dios por la generosa contribución de ustedes para ellos y para todos. 14 Y además orarán por ustedes con mucho cariño, por la gran bondad que Dios les ha mostrado a ustedes. 15 ¡Gracias a Dios, porque nos ha hecho un regalo tan grande que no tenemos palabras para expresarlo!

Texto clave para hoy: 2 Corintios 9:8

Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras.

Reflexiona

Lee nuevamente los versículos 12-15. Pablo dice que esas ofrendas tienen un valor que va más allá de su valor material. No solo proveen a las personas necesitadas, sino que también les brindan un ejemplo del amor y las abundantes bendiciones de Dios. ¿De qué manera has experimentado el amor de Dios a través de la generosidad de otros? ¿Qué acciones puedes tomar hoy para revelar y compartir el amor de Dios con alguien?  

Ora

Dios de gracia, tu abundancia me rodea. Gracias por lo mucho que me has dado. Ayúdame a ser generoso con los demás, para que pueda traerte honor y alabanza, y para que otros puedan comprender y experimentar más profundamente tu amor. Amén.

Lectura para mañana

2 Corintios 10:1-18: el apóstol Pablo defiende su ministerio.