La Palabra de Dios que guía: esperanza

Introducción

Isaías 48:1–22: En la lectura para hoy, se acusa al pueblo de Israel de no actuar con rectitud. Es por eso que fueron probados «en el horno del sufrimiento». Los versículos 14 y 15 se refieren al gobernante persa, Ciro, quien fue elegido por Dios para atacar y derrotar a los babilonios y permitir que los israelitas exiliados regresaran a casa (véase Isaías 45:1–4 de la lectura de ayer). La lectura concluye con los israelitas siendo instruidos a dejar Babilonia. Su partida se compara con la manera en que Dios salvó a los israelitas cuando salieron de Egipto y los proveyó en el desierto (Éxodo 15:22–27; 17:1–7).

Versículo clave para hoy: Isaías 48:12b

Dice el Señor, … “Yo soy el único Dios, yo soy el primero y el último.”

Lectura para hoy

48 »Escucha esto, familia de Jacob,
que llevas el nombre de Israel
y eres descendiente de Judá;
que juras por el nombre del Señor;
que invocas al Dios de Israel,
aunque sin honradez ni rectitud;
que dices ser de la ciudad santa
y apoyarte en el Dios de Israel,
cuyo nombre es Señor todopoderoso:
Desde el principio te anuncié las cosas del pasado;
yo mismo las di a conocer.
De pronto actué, y se hicieron realidad.
Como yo sabía que eres tan terca,
que eres dura como el hierro
e inflexible como el bronce,
te lo anuncié desde hace mucho,
te lo comuniqué antes de que sucediera.
Así no podrías decir: “Fue mi ídolo el que lo hizo,
la estatua que hice fue quien lo dispuso.”
Tú has oído todo esto; fíjate en ello,
y tendrás que admitir que es cierto.
Ahora te voy a anunciar cosas nuevas,
cosas secretas que no conocías,
cosas creadas ahora, no en tiempos antiguos,
de las que no habías oído hablar hasta hoy.
Así no podrás decir: “Ya lo sabía.”
Tú no habías oído hablar de ellas,
ni las conocías,
porque siempre has tenido los oídos sordos.
Yo sabía que eres infiel,
que te llaman rebelde desde que naciste.

»Pero tuve paciencia por respeto a mí mismo,
por mi honor me contuve y no te destruí.
10 Yo te purifiqué, pero no como se hace con la plata,
sino que te probé en el horno del sufrimiento.
11 Por mi honor, por mi honor lo he hecho,
pues mi nombre no puede ser profanado.
No permitiré que den mi gloria a ningún otro.

12 »Óyeme, Israel, pueblo de Jacob,
a quien he llamado:
Yo soy el único Dios,
yo soy el primero y el último.
13 Con mi mano afirmé la tierra,
con mi mano extendí el cielo;
en cuanto pronuncié su nombre, empezaron a existir.
14 Reúnanse todos ustedes y escuchen:
¿Quién de ustedes anunció esto que va a suceder:
que el hombre a quien he escogido
hará lo que he pensado hacer con Babilonia
y con la raza de los caldeos?
15 Yo fui quien lo dijo, yo lo llamé,
yo lo hice venir,
y por donde vaya tendrá éxito.
16 Acérquense a mí y escuchen esto:
Desde el principio, yo nunca hablé en secreto;
y cuando todo esto sucedía, yo estaba presente.
Y ahora yo, el Señor, le he dado mi poder
y lo he enviado.»

17 Así dice el Señor, tu redentor,
el Dios Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios;
yo te enseño lo que es para tu bien,
yo te guío por el camino que debes seguir.
18 ¡Ojalá hubieras hecho caso de mis órdenes!
Tu bienestar iría creciendo como un río,
tu prosperidad sería como las olas del mar,
19 tus descendientes serían numerosos,
incontables como la arena del mar;
yo nunca los hubiera destruido,
ni los hubiera apartado de mi vista.»

20 Salgan de Babilonia, huyan de los caldeos.
Anuncien esta noticia con gritos de alegría,
y denla a conocer hasta el extremo de la tierra.
Digan: «¡El Señor ha libertado
a Jacob su siervo!»
21 Aunque los hizo pasar por lugares desiertos,
no tuvieron sed;
él partió la roca
e hizo brotar torrentes de agua.
22 Para los malos, en cambio, no hay bienestar.
El Señor lo ha dicho.

Reflexiona

Según los versículos 9-11, ¿qué razón se da para que el Señor se contuviera y no destruyera a su pueblo? ¿Qué «cosas nuevas» están por venir (versículo 6)? Vuelve a leer los versículos 17-19. ¿Cuál es el mensaje de Dios para el pueblo? ¿De qué manera has experimentado que Dios te enseña «para tu bien» y te dirige «por el camino que debes seguir» (versículo 17)?

Ora

Señor Dios todopoderoso, tú eres Dios, el primero, el último, ¡el único Dios! Enséñame a escuchar tu voz y obedecer tus mandamientos para que honre tu nombre y te glorifique. Dirígeme cada día por el camino que debo seguir y capacítame para proclamar las noticias de tu salvación. Amén.

Lectura para mañana

Isaías 51:1–16: Isaías ofrece palabras de consuelo a Jerusalén.