Introducción

Salmo 149: El salmo para hoy es un cántico de alabanza que enfatiza la justicia de Dios. Habla de música, alabanza y celebración, pero también incluye imágenes de castigo. Posiblemente escrito después del regreso de Israel del exilio, este salmo ofrece una oración por la derrota de los enemigos de Israel y la completa restauración de Judá.

Versículo bíblico para hoy: Salmos 149:1 DHH

¡Aleluya! Canten al Señor un canto nuevo; alábenlo en la comunidad de los fieles.

Lectura

149 ¡Aleluya!

Canten al Señor un canto nuevo;
alábenlo en la comunidad de los fieles.
Alégrense los israelitas, el pueblo de Sión,
porque Dios es su Creador y Rey.
Alaben su nombre con danzas,
cántenle himnos al son de arpas y panderos.
Porque el Señor se complace en su pueblo;
da a los humildes el honor de la victoria.
Alégrense los fieles con el triunfo,
y aun dormidos canten de alegría.
Haya alabanzas a Dios en sus labios,
y en su mano una espada de dos filos
para vengarse de los paganos,
para castigar a las naciones,
para encadenar a los reyes y gente poderosa
con pesadas cadenas de hierro,
para cumplir en ellos la sentencia escrita.
¡Esto será una honra para todos sus fieles!

¡Aleluya!

Reflexiona

Vuelve a leer los versículos 6–9. Las «espadas» simbolizan la preocupación de Dios por la justicia. El castigo tiene el propósito de servir a la justicia. Dios dio al rey la responsabilidad de establecer la justicia en la tierra (véase Romanos 13:3–4). Pero debemos notar que los escritores del Nuevo Testamento generalmente no hablan de la «espada» en términos de venganza, sino como el poder de Dios obrando en nosotros (véanse 2 Corintios 10:3–5; Efesios 6:12–17; Hebreos 4:12). Este «poder» es el Espíritu de Dios que nos ayuda a ser ejemplos vivientes del amor de Dios. ¿De qué manera has experimentado el poder del Espíritu de Dios obrando en tu vida?

Ora

¡Alaben al Señor! Dios Creador, ¡canto con alegría para ti! Hazme un agente de tu justicia mediante el poderoso poder de tu Espíritu Santo, para que pueda ser un ejemplo viviente de tu amor. Amén.

Lectura para mañana

Salmo 150: Una doxología final.