Introducción
Salmos 49: escribiendo en la tradición de la sabiduría, el autor exhorta a su audiencia a no poner demasiado énfasis en la riqueza. Aunque todas las personas mueren —tanto los sabios como los necios, tanto los ricos como los pobres—, el escritor atestigua que el poder de Dios es mayor que el poder de la muerte.
Versículo bíblico para hoy: Salmos 49:7–8
Nadie puede salvarse a sí mismo ni pagarle a Dios porque le salve la vida. ¡No hay dinero que pueda comprar la vida de un hombre!
Lectura
49 (2) Oigan bien esto,
pueblos y habitantes de todo el mundo,
2 (3) lo mismo los ricos que los pobres,
lo mismo los poderosos que los humildes.
3 (4) Voy a hablar con sabiduría
y expresaré pensamientos profundos;
4 (5) pondré atención a los refranes,
y diré mi secreto al son del arpa.
5 (6) ¿Por qué voy a tener miedo
cuando vengan los días malos,
cuando me encuentre rodeado
de la maldad de mis enemigos?
6 (7) Ellos confían en sus riquezas
y se jactan de sus muchos bienes,
7 (8) pero nadie puede salvarse a sí mismo
ni pagarle a Dios porque le salve la vida.
8 (9) ¡No hay dinero que pueda comprar la vida de un hombre,
9 (10) para que viva siempre y se libre de la muerte!
10 (11) Pues se ve que todos mueren por igual,
lo mismo los sabios que los tontos,
y se quedan para otros sus riquezas.
11 (12) Aunque dieron su nombre a sus tierras,
el sepulcro será su hogar eterno;
¡allí se quedarán para siempre!
12 (13) El hombre no es eterno, por muy rico que sea;
muere lo mismo que los animales.
13 (14) Así acaban los que en sí mismos confían;
así terminan los que a sí mismos se alaban.
14 (15) Para esa gente, la muerte es el pastor
que los conduce al sepulcro
como si fueran ovejas.
Cuando llegue la mañana,
los buenos triunfarán sobre ellos;
su fuerza irá decayendo
y el sepulcro será su hogar.
15 (16) Pero Dios me salvará del poder de la muerte,
pues me llevará con él.
16 (17) No te inquietes si alguien se hace rico
y aumenta el lujo de su casa,
17 (18) pues cuando muera no podrá llevarse nada,
ni su lujo le seguirá al sepulcro.
18 (19) Aunque se sienta feliz mientras vive,
y la gente lo alabe por ser rico,
19 (20) llegará el día en que se muera,
y no volverá a ver la luz.
20 (21) El hombre no es eterno, por muy rico que sea;
muere lo mismo que los animales.
Reflexiona
¿Dónde encaja la riqueza en la lista de cosas importantes en tu vida? ¿Qué dice el escritor del salmo sobre la riqueza? ¿En qué confías? Según los versículos 16 y 17, ¿por qué no debes envidiar a los ricos? ¿Cómo resumirías este salmo?
Ora
Dios todopoderoso, pongo mi confianza en ti y en tus enseñanzas. Que tu sabiduría me guíe cada día. Tú eres mi fuente de vida y salvación, y solo tú me rescatarás del poder de la muerte. Oro en tu santo nombre. Amén.
Lectura para mañana
Proverbios 15:1–33: la sabiduría involucra tener reverencia por el Señor.