Reflexiona:
Jesús les dijo a sus discípulos: «No lleven nada para el viaje».
Piensa:
«Las aventuras de Robinson Crusoe» es una novela inglesa que «relata» la vida de su protagonista que después de naufragar termina en una isla remota, y durante la trama la novela va revelando como sobrevivido durante 28 años, adaptándose a su entorno, las tribus locales que encontró en su camino y a sus habilidades para la construcción.
Resulta increíble pensar que si alguno de nosotros pasa por una situación similar podamos sobrevivir más de dos días, ¿verdad? Sin agua potable, comida lista, microondas, cocina, un techo seguro, Internet…
Bueno, si lo pensamos un poco, la realidad es que muchas de estas comodidades son relativamente nuevas, así que la humanidad sobrevivió largos años sin ellas; lo que sucede es que nos hemos acostumbrado a tenerlas y llegamos a depender de ellas para vivir. No es raro leer noticias de personas que sufren terribles crisis nerviosas o incluso llegan al suicidio cuando por alguna situación se quedan «sin nada».
Hoy el Evangelio nos habla sobre el envío misionero que Jesús hizo a sus discípulos, y llama la atención que después de darles la autoridad para sanar enfermos y expulsar demonios, lo segundo que les pide es: desháganse de todas sus cosas. No lleven nada para el viaje. Les pide no llevar equipaje, ni dinero, ni comida.
Lo primero que pensamos es ¿por qué Jesús querría que sus discípulos la pasaran mal? Pero no es así, lo que Jesús quería es que al no llevar nada, dependieran de las comunidades a las que los estaba enviando, debían ser parte de ellos, aventurarse no solo para llevar la buena nueva sino para el verdadero encuentro y convivencia con sus hermanos. Como Robinson Crusoe, debían adaptarse, tomar lo que les dieran, trabajar por su salario, y así no solo evangelizaban con sus palabras, sino que se hacían parte de esas comunidades.
Hoy Jesús nos sigue invitando a ser evangelizadores y nos pide no llevar nada extra para el viaje: ni egoísmos, ni vanidad, olvidarnos de los títulos y las posiciones sociales, nos pide despojarnos de la indiferencia y la flojera, para salir al encuentro de nuestros hermanos, sin nada más que un corazón alegre y lleno del amor de Dios.
¿Estás listo para atender a este llamado?
Dialoga:
Señor Jesús, el mundo sufre, necesita voces que griten que aun hay esperanza, que existes tú y que nos amas, en medio del ruido que nos sume en la tristeza se necesitan personas que decidan ser anunciadores de la alegría; y me has llamado. Dame la gracia de saber responder a tu invitación y a despojarme de mis comodidades para ir y encontrarme con aquellos que te necesitan.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, hazme un mensajero de tu amor»
Recalculando:
Para recalcular tu viaje a la felicidad que Dios te ofrece, te invitamos a que mires en tus cosas todo lo que has acumulado y no usas por lo menos en el último año. Seguro que tienes cierto afecto por estas cosas, pero si pudiste sobrevivir un año sin usarlos, podrás sobrevivir toda tu vida. Busca esas cosas, ponle una fecha de caducidad para sacarlas de tu closet, o de tu vivienda, encuentra una asociación que pueda recibirlas y dárselas a personas que seguro las necesitan más que tú. Verás que como dice la Palabra de Dios hay más alegría en dar que en recibir (Hechos 20:35).
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 9:1-6
Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder para sanar enfermedades y autoridad sobre todos los demonios. Luego los envió a anunciar las buenas noticias del reino de Dios y a sanar a los enfermos. Jesús les dijo:
«No lleven nada para el viaje. No lleven bastón ni mochila, ni comida ni dinero. Tampoco lleven ropa de más. Cuando lleguen a una casa, quédense a vivir allí hasta que se vayan del lugar. Si en alguna parte no quieren recibirlos, cuando salgan de allí sacúdanse el polvo de los pies en señal de rechazo.»
Los discípulos salieron y fueron por todos los pueblos de la región, anunciando las buenas noticias y sanando a los enfermos.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.