¿Alguna vez has decidido leer la Biblia? ¿Cómo te fue? Tal vez te diste cuenta que no es como leer cualquier otro libro; no es fácil leer la Biblia de principio a fin. Quizás ha sido tu experiencia tomar la Biblia en mano e iniciar con la primera página de Génesis. Avanzas por el libro y sorprendentemente, se lee como una novela interesantísima: con tentación, intriga, fratricidio, misterio, peleas, rivalidades, poligamia, violación, masacres, destrucción de ciudades, un pilar de sal, y encima de todo, la fidelidad de Dios.
Al terminar los 50 capítulos de Génesis, te felicitas y tienes la determinación de continuar. Éxodo, también sigue igual, lleno de relatos como la historia de la niñez de Moisés, las diez plagas, el éxodo de los israelitas de Egipto, cruzando el Mar Rojo, y los diez Mandamientos. Y si no fuera suficiente, hay guerras, el agua que sale de la roca y el becerro de oro. Estás por terminar Éxodo y encuentras una sección en cuanto a la construcción del tabernáculo. No importa, pasas a Levítico y de pronto todo se paraliza cuando encuentras página tras página de leyes que ni puedes entender. Después Números habla de censos, y siendo fiel al nombre del libro, se da una cantidad de números, que ya dejas el experimento sobre la mesita de cama.
No te gusta darte por vencido, pero ¡ya no puedes más! Entonces, ¿cómo puedes acercarte a la Biblia? Es importante entender que la Biblia no es un solo libro que debes leer de principio a fin. Es cierto que el primer libro, Génesis trata el origen de todo, y que Apocalipsis, el último libro, habla de las cosas finales. Sin embargo, la Biblia es un conjunto de muchos libros separados en dos partes: el Antiguo Testamento, que también es la Sagrada Escritura de los judíos, y el Nuevo Testamento, que trata la vida de Jesús (Juan 21:25), el inicio de la iglesia (Hechos 1:1–5) y las cartas escritas a los primeros creyentes como parte de las instrucciones de los apóstoles para las iglesias esparcidas por todo el imperio romano (2 Tesalonicenses 2:15).
Así que, la Biblia tiene muchos libros escritos por una buena cantidad de autores, pero todos bajo la inspiración del Espíritu Santo (1 Pedro 1:10-12). Entonces podemos decir con certeza que la Biblia es la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17). Es importante entender la unidad de la Biblia, porque todo señala a Jesucristo, Dios hecho hombre, la fuente de nuestra salvación. Puedes comenzar a leer un Evangelio, o una carta de Pablo, o un libro del Antiguo Testamento y puedes experimentar el poder de Dios por medio de su Palabra.
¿Qué dice la Biblia de sí misma? Por toda las Sagradas Escrituras los autores nos hablan de cómo la Biblia se relaciona con nosotros. He aquí unos ejemplos:
«La enseñanza del Señor es perfecta,
porque da nueva vida.
El mandato del Señor es fiel,
porque hace sabio al hombre sencillo.
¡Son más dulces que la miel del panal!
Son también advertencias a este siervo tuyo,
y le es provechoso obedecerlos» (Salmo 19:7, 10b–11).
«Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida» (Juan 5:39–40).
«Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón» (Hebreos 4:12).
« “…pero la palabra del Señor permanece para siempre.” Y esta palabra es el evangelio que se les ha anunciado a ustedes» (1 Pedro 1:25).
En los meses que vienen espero poder explorar más de cómo podemos acercarnos a la Biblia. Por ahora, comenzaremos con los siguientes tres pasos:
- Escoge un tiempo regular para leer la Biblia. Puede ser de 5 a 10 minutos para comenzar, después de levantarte, durante el descanso que tienes al mediodía, o aun antes de acostarte. La clave es hacerlo consistentemente.
- Comienza con uno de los Evangelios. Te recomiendo el Evangelio de San Marcos, que es el más corto; o el Evangelio de San Juan, que habla de Jesús, el Hijo de Dios.
- Lee por lo menos unos versículos y a lo máximo un capítulo. Antes de leer eleva una corta oración. Puede ser la siguiente: «Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento, para que al leer la Biblia, sienta la presencia de Dios Padre que se manifiesta a través de tu Palabra. Amén».
Comienza hoy. ¡Te deseo mucha bendición y mucho éxito!