Reflexiona:

Jesús dijo: «Y ustedes también hablarán bien de mí, porque han estado conmigo desde el principio».

Piensa:

¿Alguna vez has ido a un concierto o a un partido de futbol? ¿Has notado que las personas a tu alrededor, aunque no las conozcas terminan compartiendo comentarios e incluso se ponen de acuerdo para verse al terminar el evento? Tal vez tú mismo has conocido personas en esas circunstancias. Esto es porque nos sentimos identificados al estar con otras personas que comparten nuestros gustos y si son entusiastas y expresan su afición nos sentimos más cómodos. Así inician todos los movimientos sociales, con un pequeño grupo de personas que comparten una ideología y la van compartiendo con otros, y la mejor forma de convencer a alguien es expresando con hechos tu convicción.

Hoy el Evangelio nos llama a ser entusiastas en el anuncio del evangelio y para ello Jesús nos ha dejado su Espíritu. El Espíritu Santo es quien mantiene viva la llama en nuestros corazones y nos alienta a llevar la Buena Nueva a otros. Nos inspira a dar testimonio con obras de que Dios no es un ser que está allá lejos en algún lado, sino que habita en cada uno de nosotros.

Vivimos en un mundo en el que se levantan barreras por todas partes, sociales y físicas; cada día se acrecienta más la brecha entre las personas; y en un mundo en el que las personas se sienten menos cercanas, Jesús nos llama a dar testimonio de unidad, a ser quienes vayamos contra corriente y construyamos puentes sobre las zanjas que nos dividen.

La Iglesia vive en estos días la preparación para el Pentecostés, y los apóstoles cuando recibieron al Espíritu Santo, sintieron ese deseo desbordado por hablar de Jesús y de su verdad, pero sobre todo de hacer el bien como él lo hacía. Pidamos al Señor que nos ayude a recibir verdaderamente al Espíritu Santo en nuestros corazones para que nos convierta en «súper fans» del evangelio y que nuestra vida se convierta en un testimonio de él.

Dialoga:

Señor Jesús, tú me has llamado a ser un reflejo de tu amor para el mundo. Hoy quiero pedirte que me ayudes a renovar ese compromiso y a esforzarme cada día para que las personas que están a mi alrededor sean capaces de verte y conocerte por mi testimonio. Espíritu Santo, ven a mi vida y habita en mi corazón, lléname de fuerza y entusiasmo inagotable para que en cada paso pueda anunciar el amor de Dios.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Ven Espíritu Santo»

Recalculando:

Para recalcular la dirección de tu vida, te invito a que busques en tu entorno alguna persona que creas que no tenga contacto con el Señor y háblale de tu experiencia de ser diferente porque el Señor tiene un encuentro personal contigo. Seguramente podrás ser testimonio para esta persona, y así afianzas tu carácter cristiano.

Texto del Evangelio de hoy: San Juan 15:26-16:4a

«Yo les enviaré al Espíritu que viene del Padre, y que les enseñará lo que es la verdad. El Espíritu los ayudará y les hablará bien de mí. Y ustedes también hablarán bien de mí, porque han estado conmigo desde el principio.

»Les he dicho todo esto para que no dejen de confiar en mí. Ustedes van a ser expulsados de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate creerá que le está haciendo un favor a Dios. Esa gente hará esto porque no me han conocido a mí, ni han conocido a Dios mi Padre. Pero les digo esto para que, cuando suceda, recuerden que ya se lo había dicho.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004