Reflexiona:
José no quería acusar a María delante de todo el pueblo, y decidió romper en secreto el compromiso.
Piensa:
Vivimos en una era en la que la tecnología ha hecho que las noticias corran muy rápido y en el que cualquiera puede emitir un juicio sobre el actuar de los demás y exponerlo públicamente. El Evangelio nos hace reflexionar, entre muchas cosas, sobre el valor de la discreción; ser sensatos y pensar muy bien las cosas antes de juzgar.
Recordemos que todos pensamos diferente y nuestra opinión está desde el lugar en el que nos toca ver las cosas y con la información que tenemos, pero solo quien se encuentra en medio de la situación puede saber realmente los motivos que le han llevado a estar en esa posición.
La discreción es la virtud, que consiste en cultivar la sensatez, el tacto en el hablar, la prudencia y la elegancia. Se dice que tenemos dos ojos y dos orejas, pero solo una boca. Porque debemos observar y escuchar dos veces, antes de hablar una vez.
Dialoga:
Hoy Señor Jesús, quiero pedir perdón por todas las veces que he juzgado a mis hermanos sin reparar el daño que mis palabras puedan ocasionar. Quiero pedirte que me ayudes a ser más sensato y a actuar con mayor discreción cuando sea necesario. Viendo siempre a los demás con ojos de bondad.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Pensar, antes de actuar y de hablar»
Recalculando:
Si has juzgado a alguien y le has sometido al escrutinio público pídele una disculpa. Si no te es posible contactarle, ora por la paz de su alma. También te invitamos a hacer un cambio en tu actuar para aprender a ponerte en el lugar de los demás y no emitir opiniones sin fundamentos. Si te topas con una situación en el que se esté juzgando a alguien injustamente no unirte sino tender la mano a quien sufre.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 1:18-24
Así fue como nació Jesús, el Mesías: su madre, María estaba comprometida para casarse con José. Pero antes de que vivieran juntos, se supo que ella estaba embarazada. José era un hombre bueno y obediente a la ley de Dios. Como no quería acusar a María delante de todo el pueblo, decidió romper en secreto el compromiso.
Mientras pensaba en todo esto, un ángel de Dios se le apareció en un sueño y le dijo: «José, no tengas miedo de casarte con María. El Espíritu Santo fue quien hizo que ella quedara embarazada. Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados.»
Cuando José despertó, obedeció al ángel de Dios y se casó con María. Pero no durmieron juntos como esposos antes de que naciera el niño. Y cuando éste nació, José le puso por nombre Jesús.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías:
«¡Presten atención!
Una joven virgen
quedará embarazada,
y tendrá un hijo.
Y llamarán a ese niño
Emanuel.»
Este nombre significa «Dios está con nosotros».
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.