Reflexiona:

Jesús dijo: «…mi cuerpo es el pan que da vida; el que lo coma tendrá vida eternal».

Piensa:

En muchas ocasiones nos enfrentamos a situaciones en las que tenemos que explicar alguna cosa, pero por más que las repetimos las personas parecen no entendernos, y vaya que resulta frustrante. A veces terminamos por enojarnos o darnos por vencidos.

Esta semana reflexionamos sobre el discurso del Pan de Vida. Jesús, en no pocas ocasiones, habló y repitió su mensaje sobre traer la vida al mundo, pero aquellos de su época, aunque vieron los milagros y escucharon su mensaje, seguían sin entender.

Y esta situación la sigue viviendo cada día con muchos de nosotros, que seguimos teniendo corazones cerrados y no terminamos de aceptar su palabra, y continuamos pidiendo señales, favores, milagros, pruebas para creer.

Hoy Jesús nos vuelve a invitar a creer en él a aceptarlo en nuestras vidas con un corazón abierto y dispuesto no solo a escucharlo, sino a seguirlo y poner en práctica sus enseñanzas. Si alguna vez te has preguntado qué es lo que Dios quiere para ti, hoy Jesús lo deja muy claro. Lo único que Dios quiere es tu felicidad, pero no la felicidad pasajera sino la felicidad plena, eterna, la felicidad de la vida en su presencia.

Jesús vino con una misión y pasó cada día de su existencia en este mundo cumpliendo su deber, y aun después de regresar al Padre, nos sigue llamando, para compartir su divinidad y su amor.

¿Qué cosas son las que te detienen para aceptar a Jesús en tu corazón? ¿Serás capaz de decir como María: «Que se haga tu voluntad»?

Dialoga:

Señor Jesús, muchas veces he dejado que la duda me aparte de tu presencia y de tu palabra. Hoy te pido que me ayudes a crecer en la fe para aceptarte como dueño y señor de mi vida, porque solo en ti se encuentra la verdadera felicidad. Hoy te pido que me alimentes siempre con tu pan para mantenerme firme en la fe y alcanzar la salvación que me ofreces. 

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, fortalece mi fe para creer en ti»

Recalculando:

Así como Jesús insiste en el Evangelio que en él está la vida, te propongo que hagas un examen de conciencia de cómo cuidas tu propia vida, y cuál sería una forma de cuidarte mejor aún. Creer en Jesús nos invita con insistencia a vivir en plenitud. ¿Qué puedes hacer para tener una vida mejor? Busca una acción concreta para que realizándola puedas descubrir cuánto creces.

Texto del Evangelio de hoy: San Juan 6:44-51

«Dios mi Padre me envió. Y si mi Padre no lo quiere, nadie puede ser mi seguidor. Y cuando llegue el fin, yo haré que mis seguidores vuelvan a vivir, para que estén con Dios para siempre. En uno de los libros de los profetas se dice: “Dios enseñará a todos.” Por eso, todos los que escuchan a mi Padre, y aprenden de él, se convierten en mis seguidores.

»Como les he dicho, Dios mi Padre me envió, y yo y nadie más ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree en mí tendrá vida eterna.

»Yo puedo dar vida, pues soy el pan que da vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, pero todos murieron. El que cree en mí es como si comiera pan del cielo, y nunca estará separado de Dios. Yo he bajado del cielo, y puedo hacer que todos tengan vida eterna. Yo moriré para dar esa vida a los que creen en mí. Por eso les digo que mi cuerpo es ese pan que da vida; el que lo coma tendrá vida eterna.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.