Reflexiona:

«No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes».

Piensa:

Hace unas semanas estuvo de moda la película Avengers Infinity War, y creo que la trama principal de la historia bien podría ilustrar el Evangelio de hoy. En la película vemos al antagonista Thanos, que emprende su cruzada para conseguir el poder máximo que le da el control sobre el universo, y lo hace basado en un principio: «Solo yo soy capaz de entender los problemas del universo y solo yo puedo resolverlos», lo cual lo lleva a destruir a la mitad de los seres vivientes. Desde su punto de vista todos son inferiores, y solo él tiene la visión clara para juzgar qué es lo mejor para los demás.

En los días posteriores al estreno leí muchas opiniones sobre esa idea y la mayoría coincidían en que no es correcta su apreciación. Pero me quedé reflexionando como nosotros, en nuestro entorno, muchas veces somos capaces de considerarnos los dueños de la verdad y juzgamos a los demás de acuerdo a nuestras ideas y principios, suponiendo que los demás están equivocados y nuestras ideas son las correctas.

En una ocasión en un foro católico me tocó ver duras críticas hacia la comunidad LGBT, a las mujeres que abortan, y a varios grupos que, según las personas que opinaban, vivían en pecado y era necesario segregarlas. Y muchos de esos comentarios los acompañaban de citas bíblicas. Uno que me llamó mucho la atención decía que «tenemos la obligación de juzgar a nuestros hermanos para corregirlos». Yo por mi parte opiné que existe una cosa es juzgar las acciones a la luz del evangelio y otra muy diferente es juzgar a las personas.

Hoy Jesús nos recuerda que no somos dueños de la verdad y que como discípulos tenemos la obligación de denunciar las injusticias, levantar la voz ante los actos incorrectos; pero en ninguna parte nos da el derecho de juzgar a nuestros hermanos y decidir quién es bueno y quien es malo. El texto de hoy es muy claro: de la misma forma en que nosotros critiquemos a otros, con esa misma dureza seremos juzgados por Dios. Por eso es mejor actuar con caridad y amor, para que al final recibamos también esa gracia.

De ninguna manera se trata de ir por la vida justificando las injusticias o dejando que se cometan abusos contra nuestros hermanos, pero pidamos a Dios la gracia de saber actuar con valentía, pero con caridad; para saber detener las malas acciones, pero sin dedicarnos a repartir culpas. Sino por el contrario orar por quienes están en un camino alejado de Dios, para que puedan encontrar la ruta de vuelta a la casa del Padre.

Dialoga:

Señor Jesús, tú dijiste que solo Dios es bueno y justo y por eso no debemos considerarnos perfectos, aunque siempre debemos esforzarnos por alcanzar la perfección. Dame la gracia de la caridad para saber medir mis críticas hacia mis hermanos, que sepa practicar la corrección fraterna acercándolos a Dios de manera amorosa, sin juzgarlos ni etiquetarlos.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, concédeme un corazón humilde»

Recalculando:

Seguramente tú alguna vez juzgaste a otra persona. Es tiempo de poder hacer una actividad que redireccione tu vida a no volver a juzgar. Para esto, si puedes encontrar a esa persona se lo dices, solicitando también su disculpa. Si no puedes, en tu grupo de amigos, expresa cómo alguna vez hiciste juicio y que estás entendiendo que no hay que hacer juicio sobre los demás. Esto te dará más seguridad en tu camino.

Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 7:1-5

«No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás.

»¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.