Reflexiona:

Jesús dijo: «Porque, en verdad, cualquiera que obedece a Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Piensa:

Parece curioso que las personas están más interesadas en hablar y comunicar, que en escuchar a los demás. Tal vez la gran avalancha de mensajes que nos llegan por diversos medios, como la Internet, el chat, los anuncios publicitarios hacen que cada vez más cerremos nuestros oídos y comenzamos una selección de lo que vamos a escuchar y lo que dejamos pasar.

La diferencia entre oír y escuchar es muy notable, porque se oye solo con el sentido, pero el escuchar implica entender, aceptar y sobre todo obedecer.

Jesús nos dice en el Evangelio de hoy que no solo hay que escuchar ligeramente, sino que esta escucha debe producir una obediencia. En el idioma que fue escrito el Evangelio, el verbo es igual el escuchar que el obedecer. Por eso, Jesús no solo habla de la proclamación y escucha de la Palabra de Dios, sino que una escucha atenta y llevada a la práctica nos hace hermanos suyos. ¿Cómo te sientes tú ante las pocas o muchas cosas que conozcas de Jesús? ¿Puedes decir que de verdad lo escuchas o simplemente lo conoces? ¿Qué haces para conocerlo mejor?

Dialoga:

Señor Jesús, tu voz en medio de tantas voces, se me dificulta reconocerla. Yo sé que tú buscas mi felicidad y mi plenitud. Hoy quiero pedirte que me ayudes a reconocer tu voz en medio de todas las voces y tu Palabra en medio de tantas palabras. Señor ayúdame a distinguirte, para que de esta forma pueda seguirte y encontrar para mí, la vida plena que solo conseguiré si escucho de verdad tu voz y estoy atento a cumplir y obedecer para mi bien.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Jesús es mi hermano, porque obedezco su palabra»

Recalculando:

La palabra de hoy nos lleva a repensar en todo nuestro ser y cómo nos movemos en torno a los mensajes. Hoy te proponemos que puedas tomar un texto del Evangelio y pensar por algunos momentos en todo lo que significa en tu vida. Y con mucho valor te invitamos a que compartas con alguna persona cercana a ti, esto que es importante, porque lo dice Jesús y tú quieres cumplirlo. Eso te ayudará a acercarte al Señor.

Texto del Evangelio de hoy: San Marcos 3:31-35

Mientras tanto, la madre y los hermanos de Jesús llegaron a la casa donde él estaba, pero prefirieron quedarse afuera y mandarlo a llamar. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo:

—Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allá afuera, y quieren hablar contigo.

Pero Jesús les preguntó:

—¿Quiénes son en verdad mi madre y mis hermanos?

Luego, miró a todos los que estaban sentados a su alrededor y dijo:

—¡Éstos son mi madre y mis hermanos! Porque, en verdad, cualquiera que obedece a Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.