Reflexiona:

«Vengan a mí, y yo los haré descansar.»

Piensa:

Vivimos en un mundo y un tiempo en el que no estamos acostumbrados a esperar. Queremos el internet más rápido, envíos de paquetería exprés, computadoras veloces, trabajadores más eficientes… y todo esto nos lleva a una continua acumulación de ansiedad que termina por enfermarnos.

Esta semana Jesús nos ha hablado sobre lo difícil que puede ser vivir una vida acorde a la voluntad de Dios, no porque sea un Dios malo, pero lo que nos pide es tener una vida de servicio y entrega, y muchas veces eso nos llevará a enfrentar situaciones que no son sencillas de sobrellevar. Por eso hoy nos da un mensaje de aliento y esperanza, nos da su consuelo. Jesús mejor que nadie sabe lo difícil que puede ser cumplir con la misión de Dios, el vivió en carne propia los sacrificios de cumplir su voluntad. Por eso, él mejor que nadie, nos puede ofrecer paz en medio de nuestras tribulaciones.

No nos promete que será un camino sencillo, sino que valdrá la pena; nos invita a aceptar ir contracorriente, desafiando la cultura del mínimo esfuerzo, viviendo una vida de sacrificio y entrega a nuestros hermanos, y a cambio nos ofrece su ayuda.

La misión a la que nos invita es un dar y recibir, solo en la medida que estemos dispuestos a sacrificarnos por otros, seremos capaces de experimentar la satisfacción de ser un discípulo fiel; y no hay mejor descanso para el alma que la sensación que da el deber cumplido.

Por ello, si hoy te sientes como perdido o cansado de alguna situación en la vida, te invitamos a dejar de preocuparte por resolverlas de manera inmediata, deja en manos de Dios tu cansancio y estrés, que sea él quien te muestre el camino a seguir y te ayude a cargar ese yugo que hoy te atormenta.

No se trata de sentarte sin hacer nada, sino de trabajar con la mirada puesta en Dios, deja que él te guie por el camino más adecuado y verás como las cosas toman sentido.

Dialoga:

Señor Jesús, tú me conoces, sabes de mis miedos y mis tristezas; hoy quiero dejar en tus manos las cosas que me atormentan y que me impiden caminar con una actitud más alegre; pongo todo en tus manos para que con tu mano sanadora me ayudes a superarlas y poder así ser un discípulo alegre, y que pueda ser un reflejo de la alegría que da tu amor. 

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, pongo en tus manos mis necesidades»

Recalculando:

Retomar la ruta con este texto del Evangelio, podría llevarte a que tú mismo, con la mayor serenidad, revises tus actividades y veas cómo incorporar un momento de silencio, meditación que pueda hacerse cada vez más frecuente en tu vida. Recordando que la paz sólo la encuentras en tu cercanía con el Señor y no en otros lugares.

Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 11:28-30

«Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.