Reflexiona:
«Cinco pajaritos apenas valen unas cuantas monedas. Sin embargo, Dios se preocupa por cada uno de ellos […] Y ustedes valen más que cinco pajaritos.»
Piensa:
Hace poco en un viaje me sucedió que a la mitad de mi estancia me robaron la cartera, con mis documentos, todas mis tarjetas y el efectivo que tenía en ese momento. Como tuve que cancelar mis tarjetas, por seguridad, no podía retirar efectivo y como en mi cartera estaba mi identificación no podía ir al banco a retirar dinero. En un principio estuve a punto de explotar y enojarme, pero afortunadamente un amigo con quien iba me ayudó a mantenerme calmado y a aceptar que son cosas que pasan, y no podemos cambiar. Simplemente lo puse en manos de Dios y me esforcé por no tener pensamientos negativos hacia quien me robó.
El caso es que con la compañía de mis amigos y su apoyo, terminamos la estancia y nos divertimos. Con el paso de los días analizaba que: si me hubiera dejado llevar por el enojo o la desesperación, quizá se hubiera arruinado mi viaje, y no hubiera disfrutado las cosas divertidas y los buenos momentos.
¿Por qué quise compartir esto contigo? Porque creo que vivimos en un mundo con gran apego a los bienes materiales que, aunque son importantes y nos ayudan a vivir cómodamente, no son lo más importante, lo importante de la vida es disfrutar de las risas con los amigos, la compañía de la familia, atesorar buenos recuerdos.
Hoy, Jesús les da varios consejos a sus discípulos, entre ellos les habla sobre no preocuparse tanto por las cosas materiales, preocupémonos por ser buenas personas, por vivir de manera honesta, por ayudar y dar amor a los demás.
Dios proveerá, no significa que el dinero llegará del cielo, pero si nos ocupamos de cumplir con nuestra tarea como discípulos, Dios nuestro Padre, se encargará de darnos lo necesario para recompensar nuestro esfuerzo.
A veces podemos pensar que hay personas que parecen tener todas las comodidades posibles y nos da un poco de envidia, pero no es eso a lo que debemos aspirar, no ambicionemos una gran casa, sino un hogar lleno de amor; no ambicionemos rodearnos de servidumbre, sino de amigos verdaderos y sinceros.
Aprendamos a valorar las cosas importantes de la vida, hoy te invitamos a pensar en esas cosas materiales que te están preocupando en este momento, y ponlas en manos de Dios, simplemente deja que sea él quien se encargue de darte lo que necesitas; y dedica tu tiempo a dejar una huella positiva en la vida de las personas que te rodean.
Dialoga:
Señor Jesús, gracias porque siempre estás pendiente de mis necesidades y me cuidas para que tenga lo necesario para llevar una vida feliz. Dame la sabiduría para saber dedicarme a las cosas importantes de la vida.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a dedicarme a las cosas importantes»
Recalculando:
Para redirigir tu vida de acuerdo al Evangelio, fíjate en tu entorno, seguro que conoces a alguien que perdió algo y se aflige mucho por esa pérdida. Acompaña a esta persona, ve a verla, comparte su tristeza y si crees que puedes apoyar también con tus bienes a esa pérdida material, le dices: «déjame compartir contigo esta pérdida» y verás que tu desprendimiento se transforma en alegría y bendición en tu vida, pues sabes también compartir lo que te cuesta.
Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 12:1-7
Mientras muchísimas personas rodeaban a Jesús y se atropellaban unas a otras, él les dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado de las mentiras que enseñan los fariseos. Ellos engañan a la gente diciendo cosas que parecen verdad. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. Lo que ustedes digan en la oscuridad, se sabrá a plena luz del día; lo que digan en secreto, lo llegará a saber todo el mundo.
»Amigos míos, no tengan miedo de la gente que puede quitarles la vida. Más que eso no pueden hacerles. Tengan más bien temor de Dios, pues él no sólo puede quitarles la vida, sino que también puede enviarlos al infierno. A él sí deben tenerle miedo.
»Cinco pajaritos apenas valen unas cuantas monedas. Sin embargo, Dios se preocupa por cada uno de ellos. Lo mismo pasa con ustedes: Dios sabe hasta cuántos cabellos tienen. Por eso, ¡no tengan miedo! Ustedes valen más que muchos pajaritos.»
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.