Reflexiona:

«…lo que sucede cuando una mujer pone un poquito de levadura en un montón de harina. ¡Ese poquito hace crecer toda la masa!»

Piensa:

En una ciudad había un grupo de seis jóvenes, varones y mujeres. Ellos vivían en un barrio donde se habían instalado unas pandillas de muchachos muy agresivos, que vivían peleando entre ellas. Muchas veces en las peleas salió lastimado algún vecino y todos estaban muy asustados. No sabían qué hacer, entonces comenzaron en el vecindario a poner rejas a sus casas, a protegerse, incluso algunos pusieron alambrado eléctrico. Se encerraron y solamente salían de sus casas para cosas necesarias. Estos jóvenes quisieron hacer algo, pero pensaron que eran muy pocos y también tenían miedo. Un día vieron que entre las actividades que ellos hacían era pintar las paredes con dibujos violentos y de mal gusto. Pero era una actividad que hacían frecuentemente. Estos seis muchachos y chicas decidieron hacer un concurso de arte urbano con valores. Fueron con mucho cuidado a visitar a cada una de las pandillas y con la ayuda de los vecinos habían comprado pinturas y los invitaron a participar y a la mejor pandilla le obsequiarían un almuerzo. Solo que les pidieron que el tema de la pintura debían sacarlo de un libro y les dieron ejemplares de los Evangelios. Todas las pandillas participaron y luego comenzaron a explicar su dibujo y la gente comenzó a aceptarlos y finalmente ofrecieron una comida de agasajo a todos. Sin darse cuenta estos seis jóvenes habían transformado una realidad.

Así como en esta historia real, podría pasar con nosotros, cuando nos sentimos entusiastas y de repente nos vienen pensamientos que somos débiles, somos pequeños, somos pocos, no tenemos fuerza, no somos una gran marca o industria, etc. No hay nada más difícil que sentirse pequeños frente a realidades muy grandes que creemos que nunca podremos cambiar. Sin embargo, estos jóvenes creyeron que podrían mejorar su barrio y lo lograron haciendo que se viviera en una convivencia más pacífica.

Te has planteado que en tu vida podrías hacer algún cambio que sea verdaderamente importante para la sociedad y dejar tu huella de los valores cristianos en generaciones posteriores. Si no lo hiciste ahora, porque el mundo del conformismo te atrapó, es tiempo que lo hagas, porque si no es ahora ¿cuándo lo harás?

Dialoga:

Señor Jesús, gracias por escucharme, yo sé que siempre me escuchas. Quiero confiarte hoy que tengo deseos de hacer cosas muy importantes para ayudar en la sociedad y que, en la mayoría de las veces, termino como un globo desinflado, sin ánimos y dejando que la ola de la sociedad me pase por arriba. Señor, enciende de nuevo esos ánimos para que pueda hacer algo, que como la levadura en la masa pueda fermentar en la sociedad y hacer un estilo nuevo de seguimiento a ti. Gracias por haberme llamado en mi pequeñez, y permite que pueda poner esta semilla de mostaza en la sociedad para que deje huellas visibles de que sí es posible ser cristiano y vivir según los valores que nos dejaste, aún en medio de tantas tormentas. Amén.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor dame valor para actuar como me pides»

Recalculando:

Así como los jóvenes de la narración tuvieron el valor de enfrentar una situación, tú, ¿cuál es la situación que ves en tu comunidad, en los grupos humanos donde vives, que quisieras cambiar con el Evangelio? ¿Cómo lo harás? Te sugiero que te concentres en realizar algo que sea importante para ti. Seguro que ya conoces cerca de tu ámbito alguna institución que ayude a personas que necesitan algo, puede ser después de desastres naturales, puede ser personas que viven en la pobreza, o necesidades de educación. Hay muchos niños que aún no tienen hogar y también instituciones las ayudan. Dedica tu tiempo a ayudar a realizar algún cambio sustancial en la sociedad. Seguro que luego de hacer algo y ver resultados, tu vida tomará más seguridad de hacerte sentir cerca del evangelio.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 13:18-21

Jesús también les dijo:

«¿Cómo les puedo explicar qué es el reino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo? Se puede comparar con la semilla de mostaza: Cuando un hombre va y la siembra en su terreno, ella crece y se convierte en un árbol grande, tan grande que hasta los pájaros vienen y hacen nidos en sus ramas.»

Jesús también les dijo:

«¿Con qué más puedo comparar el reino de Dios? Se puede comparar con lo que sucede cuando una mujer pone un poquito de levadura en un montón de harina. ¡Ese poquito hace crecer toda la masa!»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.