Reflexiona:
«Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios».
Piensa:
El Evangelio de hoy habla sobre un tema un poco polémico: el divorcio. Hay un gran grupo de personas que hablan del matrimonio como si fuera un experimento de ensayo y error; y buscan muchas justificaciones para separarse de sus parejas. «Es que se acabó el amor», «estamos mejor separados», «no era la persona indicada», «conocí a alguien mejor», etc.
Pero por otro lado vemos a personas que se aferran a relaciones tormentosas, incluso peligrosas, por ideas como «es mi cruz», «así me tocó vivir», «es lo que Dios me mandó» lo que también habla mucho de lo poco serio que se toma la decisión de pasar la vida junto a una persona.
Y ambos extremos nos muestran lo poco que se valora a la institución del matrimonio en nuestros días, para muchos es solo un trámite social, un requisito que se debe cumplir a cierta edad para encajar en el «estatus quo» de nuestra sociedad.
Por eso hoy Jesús habla fuertemente en favor de esta unidad divina. Él nos recuerda que no es un acto de emoción o de lujuria, sino una vocación a la que son llamadas ciertas personas, y antes de decidir tomar ese camino es necesario considerarlo seriamente, ponerlo en manos de Dios y pedir que sea él quien guie nuestros pasos para que, si es su voluntad, encontremos a la persona correcta para formar una relación firme y duradera.
Claro que no siempre será sencillo, pero si ponemos a Dios en medio de la relación entonces no tendremos que pasar por las pruebas solos. Por eso la invitación de hoy es para todos ustedes que ahora están en una relación de noviazgo es orar a Dios antes de tomar una decisión, pidamos que nos ilumine para asegurarnos de decidir consciente y sabiamente. Y para quienes ya han pasado por el sacramento del matrimonio, oremos a Dios para que nos sostenga en las dificultades y nos ayude a disfrutar de esta hermosa vocación.
Dialoga:
Señor Jesús, desde el principio nos has querido que vivamos solos y nos llamas a vivir en comunidad, y a algunos nos llamas a formar familias con base en un matrimonio donde tú seas el centro. Hoy queremos pedirte por todas las parejas que están en su etapa de noviazgo para que los ayudes a vivir una relación sana, y por todos los matrimonios para que los ayudes a vivir relaciones basadas en el amor y el respeto; para que todos juntos caminemos hacia ti.
Concéntrate:
Repite varias veces durante el día: «Señor, bendice a los matrimonios»
Recalculando:
Tomando las ideas del Evangelio, si quieres redireccionar tu vida puedes pensar: 1. Si estás en una relación sentimental, ver cómo hacer para que este vínculo se fortalezca y se dimensione en forma divina contigo. 2. Si estás pensando en un noviazgo, que sea de la mejor manera posible. 3. En tu oración pedir por la unidad de las familias, que son el vínculo más importante de la sociedad.
Texto del Evangelio de hoy: San Mateo 19:3-12
Algunos de los fariseos llegaron para tenderle una trampa. Entonces le preguntaron:
—¿Puede un hombre divorciarse de su esposa por cualquier razón?
Jesús les respondió:
—¿No recuerdan lo que dice la Biblia? En ella está escrito que, desde el principio, Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos. Por eso Dios dijo: “El hombre tiene que dejar a su padre y a su madre, para casarse y vivir con su esposa. Los dos vivirán como si fueran una sola persona.” De esta manera, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Por tanto, si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.
Los fariseos le preguntaron:
—Entonces, ¿por qué Moisés nos dejó una ley, que dice que el hombre puede separarse de su esposa dándole un certificado de divorcio?
Jesús les respondió:
—Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios. Pero Dios, desde un principio, nunca ha querido que el hombre se separe de su esposa. Y yo les digo que, si su esposa no ha cometido ningún pecado sexual, ustedes no deben divorciarse de ella ni casarse con otra mujer. Porque si lo hacen, serán castigados por ser infieles en el matrimonio.
Los discípulos le dijeron a Jesús:
—Si eso pasa entre el esposo y la esposa, lo mejor sería no casarse.
Jesús les contestó:
—Esta enseñanza sólo la entienden las personas a quienes Dios les da como regalo el no casarse. Es cierto que algunos no pueden casarse porque, desde antes de nacer, tienen algo que se lo impide. Otros no pueden casarse porque alguien les ha dañado el cuerpo. Pero también hay personas que no se casan, para dedicarse a trabajar solamente para el reino de Dios. Por eso, esta enseñanza es sólo para quienes decidan vivir así.
Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.