Reflexiona:

«Ustedes deben estar listos, porque yo, el Hijo del hombre, vendré a la hora que menos lo esperen.»

Piensa:

Cada ser humano vive su propia historia con las herramientas que ha aprendido a utilizar, la vida nos lleva por caminos muy diferentes, y cada uno reacciona de forma distinta ante los cambios del destino. Dado que el futuro es algo que aún está por venir, no sabemos con certeza qué sucederá, solo podemos hacer algunas conjeturas, pero nadie sabe a qué se enfrentará al día siguiente o incluso en el próximo minuto.

Pero, aunque no podemos predecir el futuro, si podemos tomar una actitud para afrontarlo, y de manera general destacan cuatro:

La zarigüeya: hay personas que deciden actuar como estos animalitos ante el peligro, se quedan petrificadas esperando a que el peligro pase, inmóviles sin hacer nada. Claro está que a veces las situaciones de peligro no se pueden ignorar, por ejemplo, no es raro ver zarigüeyas aplastadas por el camino, porque decidieron quedarse inmóviles cuando un auto venía hacia ellas.

Otros son como los bomberos: son muy buenos reaccionando ante las emergencias, son prontos para encontrar soluciones y «apagar los incendios», pero cuando las cosas están calmas, solo se sientan a esperar. No se previenen de las situaciones de peligro. Y aunque saben reaccionar, muchas veces es demasiado tarde y los incendios arrasan con todo a su paso.

Algunos actúan como aseguradores: siempre buscando el lado negativo de las cosas y «asegurando» sus bienes para que, si pasa algo malo, por lo menos puedan recuperar una parte. Aunque vivir prevenidos es bueno, el asegurador muchas veces termina pagando un alto precio por cosas que nunca llegan a suceder.

Y, por último, tenemos a los proactivos. Estas personas son un poco similares a los aseguradores, pero van un paso más allá, no se conforman con prevenir, sino que además actúan para buscar que su futuro sea bueno. Es como alguien que compra un seguro de auto, pero además tiene cuidado de manejar con precaución y mantener su auto en óptimas condiciones, para evitar lo más posible tener un accidente.

Hoy el Evangelio nos invita a ser proactivos ante el futuro, no vivamos como zarigüeyas negando la realidad, o como bomberos esperando a que las cosas se pongan mal para reaccionar; no nos conformemos con vivir atemorizados ante el futuro como los aseguradores, sino que aprovechemos el tiempo presente para trabajar en la construcción de un futuro mejor. No esperemos el día de mañana para hacer el bien, para hablar con nuestro hermano o amigo, para cambiar ese hábito que nos está haciendo daño, trabajemos cada día en vivir un buen presente y prevenir para un mejor futuro.

Dialoga:

Señor Jesús, gracias porque me permites cada día experimentar situaciones que son una oportunidad para crecer como espiritual y emocionalmente. Te pido que me ayudes a mantenerme alerta para no dejar pasar ninguna oportunidad de hacer el bien, para que el día que tú decidas llevarme a tu presente, me encuentres alerta trabajando y siendo un discípulo fiel.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a estar siempre alerta»

Recalculando:

En una vida con tantas distracciones, recalcular la dirección de nuestra vida nos hace mejorar. Hoy te invito a que en tu agenda del día de mañana dejes un espacio para poder hacer una obra de caridad. Esto te aleja de las distracciones y te pone en camino. Puede ser por ejemplo dedicar un tiempo a alguien del trabajo o de la escuela que aún no comprende bien y puedas acompañarle y enseñarle mejor cómo hacer esta tarea. Verás cómo mejora tu sensación de ir por el camino correcto.

Texto del Evangelio de hoy: San Lucas 12:35-38

«Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato. ¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida.»

Texto bíblico: Traducción en lenguaje actual  ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.