La renovadora Palabra de Dios: perdón y misericordia

Introducción

Génesis 43:15-34: José recibe a sus hermanos con placer, les pregunta sobre su padre, y prepara una fiesta para ellos, pero no revela su identidad. Cuando conoce a su hermano Benjamín, no puede evitar llorar.

Lectura para hoy

15 Los hijos de Jacob tomaron los regalos, el doble del dinero, y a Benjamín, y se fueron a Egipto. Cuando llegaron ante José, 16 y José vio que Benjamín estaba con ellos, le dijo al mayordomo de su casa:

—Lleva a estos hombres a mi casa, y mata una vaca y prepárala, porque ellos comerán conmigo hoy al mediodía.

17 El mayordomo hizo tal como José le ordenó, y los llevó personalmente, 18 pero ellos se asustaron porque los llevaban a la casa de José, y se dijeron:

—¡Esto es un pretexto! Nos han traído aquí por el dinero que nos devolvieron la vez pasada. Van a atacarnos y hacernos trabajar como esclavos, junto con nuestros animales.

19 Así que al llegar a la puerta de la casa, se acercaron al mayordomo para hablar con él, 20 y le dijeron:

—¡Ay, señor! La otra vez vinimos de veras a comprar trigo, 21 pero cuando llegamos al lugar donde íbamos a pasar la noche, abrimos nuestros costales, y ahí, en la boca de cada costal, estaba el dinero de cada uno de nosotros. El dinero estaba completo. Ahora lo hemos traído para devolverlo, 22 y también trajimos más dinero para comprar trigo. Pero no sabemos quién puso nuestro primer dinero en los costales.

23 El mayordomo contestó:

—Cálmense, no tengan miedo. El Dios de ustedes y de su padre debe de haber puesto ese dinero en sus costales, pues yo recibí el dinero que ustedes pagaron.

El mayordomo sacó a Simeón y lo llevó a donde estaban ellos; 24 luego llevó a todos a la casa de José, les dio agua para que se lavaran los pies, y también dio de comer a sus asnos. 25 Ellos prepararon los regalos y esperaron a que José llegara al mediodía, pues habían sabido que allí iban a comer.

26 Cuando José llegó a la casa, ellos le dieron los regalos que habían traído, y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. 27 José les preguntó cómo estaban, y también preguntó:

—¿Cómo está su padre, el anciano del cual me hablaron? ¿Vive todavía?

28 Ellos hicieron una reverencia y dijeron:

—Nuestro padre, su servidor, está bien. Todavía vive.

29 José miró a su alrededor y vio a Benjamín, su hermano de padre y madre, y dijo:

—¿Es éste su hermano menor, del cual me hablaron? ¡Que Dios te bendiga, hijo mío!

Al decir esto, 30 José se sintió tan emocionado de ver a su hermano, que le dieron ganas de llorar. Rápidamente entró en su cuarto, y allí se puso a llorar. 31 Cuando pudo contener el llanto, se lavó la cara y salió, y dijo: «¡Sirvan ya la comida!»

32 A José le sirvieron en una mesa, a los hijos de Jacob en otra, y en otra distinta a los egipcios que comían con José; porque los egipcios tenían prohibido comer junto con los hebreos. 33 Los hermanos de José se sentaron cuando José así lo indicó, por orden de edad, del mayor al menor; y estaban muy sorprendidos y mirándose unos a otros. 34 José les dio de comer de lo que él tenía en su propia mesa, y a Benjamín le dio mucho más que a los otros. José y sus hermanos bebieron juntos y se pusieron muy alegres.

Versículo clave de hoy: Génesis 43:29

José miró a su alrededor y vio a Benjamín, su hermano de padre y madre, y dijo: —¿Es este su hermano menor, del cual me hablaron? ¡Que Dios te bendiga, hijo mío!

Reflexiona

Cuando los hermanos fueron llevados a la casa de José, ¿qué pensaron? En la fiesta que José había preparado para sus hermanos, ¿qué fue lo que los sorprendió (versículo 33)? ¿Algunas vez fuiste sorprendido por algo que Dios hizo en tu vida? Trata de recordar los detalles de esta circunstancia.

Ora

Sorprendente Dios de gracia, cuando me regocijo hoy en tu Palabra, abre mis ojos para ver tus bendiciones. Te agradezco y alabo por tu amor y cuidado constantes. Oro en tu santo nombre. Amén.

Y ahora, unámonos en oración para elevar en oración a los más de 18 millones de veteranos militares que tienen necesidad de la Palabra de Dios. Dios de gracia, estamos agradecidos por la generosidad de los amigos y colaboradores que están ayudando a proveer Biblias y recursos escriturales para los veteranos. Vidas y destinos están siendo cambiados gracias a los veteranos voluntarios que están distribuyendo y compartiendo tu Palabra donde puedan, recientemente con estudiantes de escuelas en la cuarentena por la pandemia. Gracias, Señor Dios, por su fiel testimonio del poder de tu Palabra. Amén.

Lectura para mañana

Génesis 44:1-17: Los hermanos de José son acusados de robar la copa de plata de José.