26 de junio

Introducción

Hageo 1:1–15: Hageo fue uno de los profetas que instó al pueblo a reconstruir el templo de Jerusalén. El pueblo había regresado del exilio en Babilonia (538 a.C.) y ahora llevaba casi veinte años viviendo en Jerusalén, pero el templo aún permanecía en ruinas. Hageo advierte al pueblo que su falta de reconstrucción del templo ha traído consigo las dificultades que están experimentando, pero que esos tiempos difíciles terminarán una vez que comience el trabajo de construcción.

Versículo bíblico para hoy: Hageo 1:13

Entonces Hageo, el mensajero del Señor, les habló en nombre de Dios, diciéndoles: “El Señor dice: ‘Yo, el Señor, lo afirmo: Yo estoy con ustedes.’”

Lectura

En el año segundo del gobierno del rey Darío, el día primero del sexto mes, el Señor, por medio del profeta Hageo, se dirigió al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Salatiel, y al jefe de los sacerdotes, Josué, hijo de Josadac.

2-3 Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: «Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo. ¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas? Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto. Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. Vayan a las montañas, traigan madera y construyan de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria. Ustedes buscan mucho, pero encuentran poco; y lo que guardan en su casa, yo me lo llevo de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras que ustedes sólo se preocupan de sus propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo. 10 Por eso no cae para ustedes la lluvia, ni la tierra les da sus productos. 11 Yo fui quien trajo la sequía sobre los campos y sobre los montes, sobre el trigo, los viñedos y los olivares, sobre las cosechas del campo, sobre los hombres y los animales, y sobre todas sus labores.»

12 Zorobabel, Josué y el resto de la gente sintieron miedo cuando oyeron lo que el Señor les decía por medio del profeta Hageo, esto es, lo que Dios el Señor le había encargado que dijera. 13 Entonces Hageo, el mensajero del Señor, les habló en nombre de Dios, diciéndoles: «El Señor dice: “Yo, el Señor, lo afirmo: Yo estoy con ustedes.”»

14-15 De esta manera animó el Señor a Zorobabel, gobernador de Judá, a Josué, jefe de los sacerdotes, y al resto de la gente, y el día veinticuatro del sexto mes del año segundo del reinado de Darío empezaron a reconstruir el templo de su Dios, el Señor todopoderoso.

Reflexiona

¿Cuál fue el mensaje de Hageo para el pueblo? ¿Cuáles fueron las consecuencias de su apatía? ¿Cómo hizo Hageo para motivar al pueblo a la acción? Dentro de tu comunidad de fe, ¿cómo se inspira a las personas para comenzar cuando se enfrentan a una tarea?

Ora

Señor Dios, perdóname cuando soy apático y fallo en llevar a cabo tu voluntad. Gracias por tu amor constante y por las palabras de aliento de las Escrituras. Inspírame a actuar cuando me enfrento a una tarea que hará avanzar tu reino. Amén.

Lectura para mañana

Hageo 2:1–23: se describe el esplendor del nuevo templo.