La Palabra de Dios que guía: promesa
8 de junio
Introducción
Génesis 28:10–22: la lectura para hoy comienza la narrativa del viaje de Jacob, hijo de Isaac y Rebeca, y nieto de Abraham y Sara. La madre de Jacob lo había enviado lejos para evitar la ira de su hermano Esaú (véase Génesis 27:41–45). En un sueño, Jacob se encuentra con Dios, quien reitera la promesa hecha a Abraham e Isaac, los antepasados de Jacob.
Versículo bíblico para hoy: Génesis 28:13b
“Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra en donde estás acostado.”
Lectura
10 Jacob salió de Beerseba y tomó el camino de Harán. 11 Llegó a cierto lugar y allí se quedó a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó como almohada una de las piedras que había en el lugar, y se acostó a dormir. 12 Allí tuvo un sueño, en el que veía una escalera que estaba apoyada en la tierra y llegaba hasta el cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y bajaban. 13 También veía que el Señor estaba de pie junto a él, y que le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra en donde estás acostado. 14 Ellos llegarán a ser tantos como el polvo de la tierra, y se extenderán al norte y al sur, al este y al oeste, y todas las familias del mundo serán bendecidas por medio de ti y de tus descendientes. 15 Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido.»
16 Cuando Jacob despertó de su sueño, pensó: «En verdad el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.» 17 Tuvo mucho miedo, y pensó: «Este lugar es muy sagrado. Aquí está la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!»
18 Al día siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la puso de pie como un pilar, y la consagró derramando aceite sobre ella. 19 En ese lugar había antes una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
20 Allí Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, 21 y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. 22 Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios; y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.»
Reflexiona
¿Cuál fue el sueño de Jacob? Lee nuevamente los versículos 13–15. ¿Qué promesa hizo Dios a Jacob? ¿Cuál fue el voto de Jacob al Señor (versículos 20–21)? Jacob renombró la ciudad Betel (versículo 19), que en hebreo significa «Casa de Dios» —bet (casa), el (Dios). ¿Qué dedicó Jacob a Dios (versículos 18–22)? ¿Qué dedicaciones a Dios tienen lugar dentro de tu comunidad de fe?
Ora
Dios santo, eres el Dios de la promesa y siempre estás conmigo dondequiera que vaya. Busco servirte fielmente y te alabo por tu bondad y misericordia eternas. Que todo lo que haga y diga este día esté de acuerdo con tu voluntad. Oro en tu santo nombre. Amén.
Lectura para mañana
Génesis 35:1–15: Dios bendice y da un nuevo nombre a Jacob en Betel.